Por Álvaro Bisama, escritor y profesor de Literatura Marzo 28, 2013

Don Winslow se hizo famoso con El poder del perro, una  novela-río que ficcionalizaba el ascenso del narco en México y la frontera. En esta obra, Winslow destripaba una historia coral que incluía el mapa de un país que se definía como una inmensa telaraña de hombres oscuros, al modo de un paisaje de cabezas cortadas y carreteras solitarias. Salvajes -que ha pasado acá bastante desapercibida- supone una especie de vuelta al mismo territorio. Más acotada, se narran en pequeños capítulos las batallas que Ben, Chon y Ó (la novia de ambos), productores californianos de marihuana, libran contra un cartel mexicano que quiere monopolizar el negocio al modo de, como dicen en el libro, un Walmart de la droga. Así, a pesar de su ligereza, Salvajes despliega una orgía de violencia cuya exageración -al final-  es cuasi humorística. Por supuesto, aquello le sirve a Winslow para indagar una variación sobre su tema predilecto: la anotación detallada del fracaso de la guerra contra el narco. A partir de esa tesis, Salvajes compone una historia de amor donde héroes extraños se enfrentan a sicarios y reinas de carteles lánguidas y atrapadas en  jaulas de oro.  Una literatura de choque y con el corazón negro, extraña como nuestros tiempos. Coda 1: Oliver Stone filmó una película, pero no es tan buena. Coda 2: Winslow publicó hace poco una precuela (Los reyes de lo cool) que vuelve sobre los personajes y no, tampoco es tan buena. 

“Salvajes”, de Don Winslow. A $14.900.

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