Por Daniel Greve, crítico de gastronomía y vinos Noviembre 5, 2014

“Quise ponerme en el peor escenario: abrir una ventana del infierno y salir arrancando”, dice Aurelio Montes. Se refiere a cómo el calentamiento global ha afectado a los viñedos en el mundo. Entonces, puso a su equipo de viticultores y enólogos a trabajar en llevar el viñedo al límite, en lo que llaman viticultura de secano. Los resultados dieron origen a su línea Alpha 2012, con la que disminuyeron el uso de agua en un 80%, ahorrando lo que 19.657 personas consumirían en un año. Al comparar los tintos del 2011 con estos 2012, la fruta está más definida. El merlot se siente más sabroso, con más notas de frutas negras y menos de té y tabaco; el syrah pasa de las hojas secas y el cuero a la fruta negra y las violetas; el carmenère pierde ese tono vegetal y realza las especias; el malbec se torna más poderoso; y el cabernet sauvignon se afina y equilibra. Todos envejecerán muy bien, quizás mejor que los Alpha de añadas anteriores, pero hoy están para atenuar la sed. Incluso la del infierno.

A $11.800 en supermercados y tiendas especializadas.

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