Conocemos sus chocolates, sí. Sus bombones, galletas y calugas, también. Pero, ¿qué pasaría si fundiéramos esas tabletas y las dejáramos caer en cámara lenta en nuestra boca? Es un hecho. Ahora La Fête se puede beber. Pequeños vasos de concentrado y sedoso chocolate caliente, bautizado como Hot Chocolat, para esos días con cara de pocos amigos. Es ligeramente amargo, pero con un fondo dulce y especiado que rima con todo lo que abrigue.
A $1.800 el vaso en locales seleccionados.