Por María Ignacia Pentz Julio 15, 2014

“Mi ropa”, dice en la pared, y frente a ella, un montón de prendas de papel maché. Un desorden que bien podría tener en un rincón de su pieza. Ese chiquero que es tan nuestro, tan personal. Al lado, “La de otros”, donde, ordenados minuciosamente, están cada uno de los elementos del uniforme de un carabinero: desde el calzoncillo, pasando por el chaleco antibalas, la luma, la camisa, hasta una lacrimógena. Para terminar con “La de muchos”, ese cúmulo de ropa sin ningún un orden, que alguien usó alguna vez, en algún lugar, y que ahora está dispuesta para ser comprada en un afán de consumir la moda que llegó aquí, al alcance, desde algún país desarrollado.

Mi ropa, la de otros, la de muchos es la obra que el artista Juan Pablo Langlois, precursor de la instalación en Chile, monta en Galería AFA luego de que en 1997 la expusiera por primera vez en el Museo Nacional de Bellas Artes.

La exposición pretende enfrentar diferentes mundos: el del poder, el del dinero y el de la pobreza, todo a través del vestuario, algo tan característico y cotidiano. Desde la ropa usada “americana” de precios accesibles, que los estadounidenses dejaron de utilizar y que ahora, incluso, se vende bajo el lema de exclusividad; hasta el uniforme del orden y la ley, aquel indestructible, aquel que jamás se desarma. 

“Mi ropa, la de otros, la de muchos”, de Juan Pablo Langlois. Galería AFA. Hasta el 31 de julio.

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