Por Diego Zúñiga Junio 11, 2014

Toda obra de Gonzalo Díaz (1947) implica, siempre, una experiencia sensorial, llena de cuestionamientos, que se traspasan con mucha facilidad y contundencia al espectador. Es así un trabajo efectivo en un primer plano: entramos a una sala donde se está montando alguna de las instalaciones de Díaz y de inmediato vienen las sensaciones -la extrañeza, casi siempre- y luego aparecen las preguntas. Ocurre, por supuesto, en Al pie de la letra, su último trabajo, que está expuesto en la galería Local Arte Contemporáneo; una obra que ya había sido montada en la primera Bienal del Mercosur en Porto Alegre (1999), pero que esta vez Díaz adapta para la galería. Un andamio de madera que recorre toda la sala. Maderas despojadas de cualquier adorno, naturales, ahí, siendo parte de la galería pero también planteando la idea de que la sostienen. Una máquina que, además, es recorrida por dos líneas paralelas de neón blanco, muy cerca del piso. Aquellos neones sugieren un espacio blanco en el que podríamos leer algunas palabras. Pero esas palabras no están. Es una invitación, entonces: un texto ausente. La instalación como un verso hermético que se abre a distintas interpretaciones y preguntas. ¿Cuál es el discurso en el cual debe sostenerse esta sociedad? La respuesta, parece decirnos Gonzalo Díaz, la debemos dar nosotros. Ahora.

“Al pie de la letra”, de Gonzalo Díaz. Hasta el 19 de julio en Local Arte Contemporáneo. Av. Italia 1129.

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