Por Gonzalo Maier Abril 22, 2015

Quizá el gran mérito de Going Clear, el polémico documental sobre la cienciología, es que no desentonaría  si lo proyectaran en Semana Santa. En sus 119 minutos hay tanta violencia, tramas siniestras e historias increíbles que perfectamente se podría confundir con esas cintas de época donde se mezcla la fe con la fuerza bruta. La película de Alex Gibney repasa tanto la historia de la religión creada por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard como la fascinación de sus líderes por el poder, los trajes de marinero y, en particular, por no pagar impuestos. Aunque aborda el mito de la cienciología -que en su centro tiene un dictador extraterrestre llamado Xenu, que lanza cuerpos sobre volcanes que más tarde se les pegan a los humanos en forma de espíritus-, el foco de Going Clear está en las amenazas y las políticas de ostracismo que los sabios de la cienciología les aplicarían a quienes se alejan o critican a la iglesia. Con testimonios de primera mano, el documental es tan entretenido que incluso el episodio en que le buscan una polola a Tom Cruise, todo un aristócrata en esos círculos, se convierte en una fábula asombrosa que sólo confirma la disparatada actualidad de las religiones.

“Going Clear”, de Alex Gibney.

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