Por Yenny Cáceres Abril 15, 2015

Para los que crecimos en dictadura, mucho antes que existiera el GAM, el edificio Diego Portales siempre fue el símbolo de la dictadura, una mole arquitectónica que se levantaba como una sombra amenazante en la Alameda, el lugar desde donde el dictador disparaba sus discursos con ese sonsonete agresivo e insoportable. Para otra generación, la de la UP, siempre siguió siendo el edificio de la Unctad, construido en menos de un año como una proeza del gobierno de Allende, un lugar de encuentro en el casino bajo la figura protectora del pescado gigante de mimbre, creado por el artesano Manzanito.

Todo esto pasó en las otras vidas de este edificio, como lo registra Escapes de gas, de Bruno Salas. Este documental es la historia del edificio, pero también del inédito proyecto artístico que acompañó su construcción. Coordinados por Eduardo Martínez Bonatti, los artistas más importantes de la época -encabezados por Matta- crearon obras especialmente para el edificio. Después del golpe, gran parte de esas obras fueron destruidas y desaparecieron, sin que hasta ahora se sepa con certeza qué pasó con ellas.

Lo más valioso del documental son las imágenes de archivo, que muestran cómo esas obras se integraban al edificio, no como un mero gesto decorativo sino como parte de su hábitat. Así, vemos por primera vez obras de Balmes, Vilches, Antúnez, Guillermo Núñez, Francisco Brugnoli y Mario Toral en los distintos espacios del recinto. El mejor ejemplo de esa integración son los “escapes de gas” a los que alude el título del documental, que diseñó el escultor Félix Maruenda. Un diseño abstracto, de vanguardia, rojo, que los militares pintaron de otro color, en un intento por ocultar ese pasado, que ahora vuelve, como suelen regresar los recuerdos: con algo de nostalgia, pero implacables y dolorosos.

“Escapes de gas”, de Bruno Salas. En la Cineteca Nacional y Centro Arte Alameda.

Relacionados