Por Evelyn Erlij Octubre 15, 2014

Cuando Sergei Eisenstein llegó a México, en 1930, vio en la nación azteca un reflejo extraño de su propia personalidad. Como sus películas, esas tierras -decía- conjugaban la “sencillez de lo monumental” y la “impetuosidad del barroco”, y es quizás ésa la razón por la que quiso embarcarse en una oda cinematográfica que las honrara. El filme ¡Que viva México!, sin embargo, fue su gran proyecto inconcluso, pero con las casi 50 horas de rodaje que alcanzó a filmar, el cineasta e historiador del cine Jay Leyda montó una versión de cuatro horas. La cinta, inédita en Sudamérica, es una de las joyas que trae la nueva versión del Festival Internacional de Cine Recobrado de Valparaíso, en la que también se podrá ver el gran clásico de Eisenstein, El acorazado Potemkin (1925).

El evento, que comienza este lunes y se extiende hasta el sábado 25, celebra su aniversario número 18 exhibiendo piezas restauradas y de archivo que incluyen la ópera prima de Federico Fellini, El jeque blanco (1952), su primer trabajo junto a su mujer, Giulietta Masina, y a Nino Rota, su fiel compositor. Sumándose al centenario de Chaplin, el festival incluirá en su programación cinco cortometrajes restaurados por la Cinemateca de Bologna, además de una veintena de filmes restaurados digitalmente. Charlas, lanzamientos de libros y el simposio “Historia/Historiadores/Historiografía del cine” se realizarán en el marco del evento, en el que será distinguido Francisco Gaytán, subdirector de rescate y restauración de la UNAM.

Festival de Cine Recobrado de Valparaíso. Del 20 al 25 de octubre.

Relacionados