Por Gonzalo Maier Febrero 19, 2014

Madurar siempre ha sido una palabra fea. Huele un poco a frutas podridas y otro poco a refrigerador, pero ahí está Frances (Greta Gerwig en todo su esplendor) avanzando a codazos por las calles de Nueva York. Es bailarina, tiene una buena amiga, un pololo, un departamento y un trabajo, pero apenas comienza la película que lleva su nombre -Frances Ha, la última de Noah Baumbach- lo pierde todo para que nosotros ganemos una comedia encantadora. Y como en cualquier historia de aprendizaje, Frances meterá las patas, caerá y volverá a caer, y sentirá la tentación de madurar del peor modo posible. Es decir, abandonando cada uno de sus sueños. De hecho, cuando en medio de una comida le preguntan a qué se dedica, Frances resume el currículum de cualquier veinteañero y dice hacer algo que en realidad no hace. La respuesta, por supuesto, confirma al menos dos cosas. Que Frances Ha es la comedia que Girls, la serie de Lena Dunham, nunca pudo ser. Y -mucho más importante- que la mismísima Frances, al menos por estos días, es uno de los personajes más adorables que encontrarán del otro lado de la pantalla. No es poco.

“Frances Ha”, de Noah Baumbach. Disponible en Netflix.

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