Por Álvaro Bisama Junio 18, 2015

Penny Dreadful, la serie de horror creada y escrita por el inglés John Logan, puede ser una de las ficciones más perturbadoras que pueden verse en la actual tevé por cable. Emitida acá por HBO, ha tenido varios cambios. Si en su primera temporada pasó de ser una colección de citas reinterpretadas de la literatura y el horror decimonónico (con Wilde, Stoker y Mary Shelley a la cabeza) a jugar con propiedad en la cancha de los buenos relatos de vampiros contemporáneos, en su segunda temporada aquello se ha vuelto más oscuro, angustioso y, cómo no, literalmente satánico. 

Sí, porque la serie es excesiva y atroz. Y no hay demasiado humor en las vidas de los asesinos y las brujas, de los científicos perversos y los colonizadores de África, pues esos son los héores de Penny Dreadful: los monstruos de la geografía simbólica del siglo XIX, encabezados por una Eva Green en estado de gracia. Porque ésta es la serie de Green, una vidente/bruja/santa que, en esta temporada, es perseguida por un aquelarre de brujas que sirven directamente a Satán en un Londres victoriano lleno de sombras y cadáveres. Aquello cita un poco al viejo Ken Russell, mientras toma los lugares comunes del horror para sacudirlos de su parodia. Porque es en el cuerpo de Green (que es violentado y poseído por espíritus de toda laya, que habla en lenguas, que está marcado por la tristeza, pero también por el deseo) donde el relato alcanza una profundidad inesperada y una capacidad de conmoción inédita. 

Eso hace que la serie crezca y el gore y la sangre terminen siendo excusas para poner en pantalla algo más profundo: cómo el abuso puede presentarse como una máscara del amor, cómo la violencia puede leerse como una forma de la compasión, cómo la ficción es una versión deforme y enfermiza de la tradición. De este modo, poco importan los hombres lobo, las novias de Frankenstein y las tropas de asesinos del inframundo que pueblan la serie, en relación al paisaje interior de sus personajes, todos sujetos arrasados y torturados por la culpa, todos monstruos que tratan, en medio de la mutilación y la sangre, de construir una comunidad donde poder bailar o abrazar a sus fantasmas.

"Penny Dreadful", por HBO. 

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