Si los tangos en realidad fueran tan sabios, seguro que alguno diría “es un soplo la tele, cuatro años no es nada”. Menos en Veep, la celebrada serie que sigue las aventuras de Selina Meyer, una vicepresidenta que vive rodeada de los ineptos más entrañables que podrán encontrar en el cable. Meyer (Julia Louis-Dreyfus en todo su esplendor), casi sin que nos demos cuenta, llega a su cuarta temporada con un golpe de suerte que la deja -redoble de tambores- como presidenta interina. De hecho, será la primera presidenta de los Estados Unidos y tendrá ocho meses para lograr la reelección, mientras Mike, su jefe de prensa, se tiñe el bigote, y Gary, su brazo derecho, camina como un zombi por la Casa Blanca con el corazón roto. Esta temporada, eso sí, será la última piloteada por Armando Iannucci, uno de los genios de la televisión inglesa, que ha hecho de Veep una de las comedias más sólidas de los últimos años. En fin, se despide Iannucci y puede que éste sea también el fin de la carrera de Selina. Quién sabe. Quizá sea bueno reír y disfrutar los últimos capítulos antes de echarse a llorar. Ahora, toquen un tango.

“Veep”, por HBO.