Por Constanza Gutiérrez Julio 7, 2017

Cordillera, videoclip dirigido por Caco Marshall.

Hace poco más de un año, Álex Anwandter lanzaba Amiga, su tercer disco solista, y llamaba la atención del mundo. Con este trabajo, consiguió el premio Pulsar al mejor productor musical y mejor disco del año, dos nominaciones al Grammy Latino, el primer lugar en la lista de los mejores álbumes latinoamericanos del año de la revista Rolling Stone y gran atención de la prensa debido, sobre todo, a sus letras. En una entrevista con La Tercera dijo que con las letras de este disco su intención había sido conectarse con el contexto social del país, algo que, a su parecer, su generación musical no estaba haciendo “prácticamente en ningún nivel”.

Luego de todos esos reconocimientos, Anwandter acaba de lanzar el video de su segundo sencillo, “Cordillera”, donde canta: “Cordillera, dinos la verdad/ Es esta tierra un lugar/ Que no nos quiere ni nos va a dejar hablar/ Pensar, marchar, emborracharnos…”, versos que recuerdan al Neruda de “Alturas de Machu Picchu” o al Zurita de Canto a su amor desaparecido. El video, dirigido por Caco Marshall, nos muestra a un hombre de traje y lentes, tirado en medio de la cordillera, despertando. La imagen en sepia, el hombre es el propio Álex Anwandter y por el marco de sus lentes podemos intuir que se trata de una caracterización de Salvador Allende, quien despierta de la muerte y camina, torpemente y sin rumbo, por la cordillera. Entonces un avión cruza el cielo y este se convierte en un telón por el que vemos pasar imágenes del bombardeo a La Moneda, a Nixon, Kissinger, Augusto Pinochet y Patricio Aylwin. Tras esto, volvemos a ver al hombre en el suelo y despertando. Esta vez, las imágenes que se proyectan en el cielo son las de una seguidilla de protestas, tras las que el hombre vuelve a morir.

Parte de la letra de la canción es un parafraseo a Violeta Parra. Dice: “Mira cómo nos sonríen/ Candidatos, presidentes/ Cómo engañan a la gente”. Otras letras del disco homenajean a Víctor Jara: una de ellas lleva el título “Manifiesto” y el artista ha dicho que se inspiró en Pedro Lemebel al escribirla. Otra, “Caminando a la fábrica”, hace referencia a “Te recuerdo Amanda”. La pregunta es: ¿Utilizar el lenguaje político de otro artista politiza el propio?, ¿la operación de la cita convierte la obra de Álex Anwandter en una obra política?, y ¿qué trabajo político representan estos homenajes?, ¿sirven hoy estas palabras? Parece ser un problema muy actual: Trump ganó las elecciones con el eslogan de Reagan. Es otro Estados Unidos, pero las palabras son las mismas. Está claro que Chile ya no es el que fue antes del 11 de septiembre de 1973, y que el trabajo político hoy consiste en la rearticulación de la comunidad que se rompió tras la dictadura. ¿Pueden hacerlo estas citas y fuentes? Quizás esta ambivalencia —entre lo que puede ser el arte político y su parodia— sea el signo de nuestros tiempos.

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