Por Carlos Reyes Abril 7, 2017

Fue en 1982 cuando 120 de Santa Rita se perfiló como un vino masivo. A partir de ahí comenzó a recibir distintos reconocimientos.

Es pImagen bin_85102592_con_37242515arte de Santa Rita, seguro, pero 120 posee vida propia. La historia del puñado de patriotas escondido y defendido por Paula Jaraquemada hace dos siglos ofrece un condimento sentimental, poderoso y entrañable; pero no es lo único que sostiene su trascendencia nacional. También pesa su conformación, al menos en sus inicios, como un tinto de carácter clásico y oriundo del valle del Maipo, que se registró como marca en 1967, pero espiritualmente nació 15 años más tarde. Fue en 1982, en plena crisis y ya con Ricardo Claro como su hombre fuerte, que se perfiló como un vino masivo cuando fue lanzado a la rueda de los concursos internacionales. Gracias a diversos reconocimientos, escasos para un país cerrado al mundo en esos tiempos, sumado a un marketing poderoso, eso de “Elíjalo por sus medallas” se convirtió en garantía para un público ávido de prestigio, sobre todo si venía desde el exterior.

Funcionó. Logró ser una marca emblema para un país que hoy sigue consumiendo 120 en Tetra Pak, botellas de litro y medio y tapa rosca, hasta las sucesivas ediciones especiales —Bicentenario, Reserva Especial—, que hoy definen su perfil internacional. Ese paso ha permitido a sus estilizadas botellas blancas asociarse a la imagen del Arsenal, el equipo de fútbol más popular de Inglaterra, consolidando aquellas etiquetas como la punta de lanza para el resto de los siete millones de cajas producidos al año, siempre con el mercado británico como destino principal. Un paso más en el camino de marca global que aspiran consolidar.

Por eso cumplir 50 años es importante y lanzaron una edición conmemorativa de 10 mil cajas. Un cabernet sauvignon 2014 que mira a sus orígenes maipinos. En aromas, se muestra tímido en un comienzo, pero después entrega notas de fruta negra, de arándanos, sumado a toques de casis y especias. Luego, en boca luce un tanino con carácter, pero fresco y de buen tono frutal, con un volumen medio y un final amable. Un vino grato, para carnes y guisos, hecho para celebrar

Precio de referencia: $ 5.990.

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