Por Javier Rodríguez Marzo 3, 2017

American Crime Story. The People vs. O. J. Simpson. En Netflix.03

La fiscal Marcia Clark prende la televisión en su casa en Los Ángeles. Es de noche, a mediados de los 90. Sus dos hijos pequeños duermen. Es otro día en que no la alcanzaron a ver. Ella quiere descansar, lo necesita. Su ex marido intenta quitarle la custodia de sus niños aprovechando que es la encargada del caso judicial más mediático en la historia de Estados Unidos: “el juicio del siglo”; aquel que demostró que la discriminación racial seguía debajo de la alfombra.

Se sienta, prende un cigarro y ahí está ella en pantalla: críticos de moda comentan sus trajes de dos piezas. Hablan de la mala elección que hizo al hacerse la permanente. Se burlan de su físico, de su divorcio, de su personalidad.

Interpretada magistralmente por Sarah Paulson —ganadora del Globo de Oro y del Emmy por este rol—, su papel reivindica a quien fuera sindicada como la principal responsable de no lograr encerrar al mítico jugador de fútbol americano Orenthal James Simpson en la cárcel por el asesinato de su ex esposa Nicole Brown, y su joven amigo Ron Goldman, a pesar de que la justicia civil luego lo condenó.

Con una narración urgente, angustiante, la serie demuestra que cuando Ryan Murphy trabaja en serio, sin la vanguardia como objetivo, es uno de los mejores directores de televisión de la actualidad. “The People vs. O. J. Simpson”  pone en duda el concepto de justicia en su definición original y actual, particularmente el sistema estadounidense de testigos. Acá los muestran como un grupo desesperado y manipulable, encerrado por ocho meses en un hotel, aburrido, predispuestos desde un principio y que ven cómo ambas partes, la defensa y la fiscalía, buscan moverlos a su conveniencia, como láminas de un álbum que necesitan terminar.

El equipo que defiende a O. J. merece un párrafo aparte. Organizado por un renacido John Travolta (como el abogado Robert Shapiro), un David Schwimmer que por fin logra sacudirse de su personaje de Ross en Friends para interpretar al atribulado Rob Kardashian —mejor amigo del imputado, padre de Kim y el único de su equipo de abogados que muestra un poco de humanidad—, además de un excelente Courtney B. Vance como el abogado y activista afroamericano que termina ganando el juicio al convencer a la opinión pública de que la policía de Los Ángeles cargó contra la estrella sólo por ser negro, a pesar de que O. J. Simpson nunca participó en la comunidad afroamericana. Era su as bajo la manga: la carta racista.

American Crime Story muestra no sólo cómo el tema de la raza estará por siempre presente en el diario vivir de los norteamericanos, sino también la incapacidad de la fiscalía para combatir —¿en cualquier parte del mundo?— contra los millonarios equipos armados por los imputados. Pero sobre todo muestra cómo una mujer fue humillada por un país entero simplemente por ir contra lo preestablecido.

Han pasado más de 20 años desde que ocurrió el caso, pero nada ha cambiado tanto. Eso es lo más perturbador de la serie.

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