Por Carlos Reyes M. Marzo 3, 2017

KrossBar. Dardignac 0127, Bellavista. – Tel. 227595434.

Szot Brewpub. Camino Antiguo a Melipilla 7061, Talagante. – Tel. 228172995.

Mossto Brewfood. Condell 1460, Providencia. – Tel. 227918603.

Otras opciones: Altamira (Valparaíso), Tauss Bräu (Limache), Crater (Pucón), Haussmann
(Valdivia y próximamente en Bellavista, Providencia) o CCU (La Junta, en barrio Lastarria, Santiago Centro).

En algunos de estos rincones la cerveza se elabora y se sirve en el mismo lugar. En otros se busca ampliar el negocio hacia la restauración, bajo un marco sencillo, amigable. Algunos congregan públicos especializados, y otros buscan reafirmarse como la entrada hacia un mundo en expansión constante para el bebedor local. El punto es: ¿Quieres cerveza? Te sirvo lo mío. Es el caso del exitoso KrossBar, que en días buenos atrae un millar de personas, gracias a una carta con seis schop de producción propia, algunas especialidades estacionales, marcas nacionales invitadas y 60 opciones por botella. La diversidad la complementa la comida, con una lista de platos inventiva, directo al grano en eso de compartir. Un par de tips desde su nueva carta: Causeo del mar, Fricandela con queso azul y una Pizza con mariscos —de pulpo muy goloso—, cuya masa la hacen en parte con el orujo restante de la cocción de la cebada. Aparte, sus papas fritas son de primera.

En Szot también cocinan con cebada fermentada, pero mezclada con la harina que después será la pizza a la piedra, su plato base. La fábrica está en Talagante y cada viernes y sábado —desde las 13.00 horas– se puede seguir el proceso cervecero, apreciando productos exclusivos. Entre ellos está Sismo —también conocida como “Pisco en el ojo”—, insinuante nombre para una cerveza madurada durante cuatro meses en barricas cuyo uso anterior fue para acoger pisco, precisamente. Otro bar-ejemplo es Mossto, que aprovecha el holgado espacio de una casona del Barrio Italia para montar, entre otras cosas, una línea de 12 alternativas de producción propia y productores amigos. Allí aparecen cervezas de trigo, una potente India Pale Ale de 90 IBU (unidad internacional de amargor) junto a otras más comedidas en ese sentido —69—, pero de expresión más terrosa. La cocina es sencilla, con un par de elegidos: sus fricandelas en cuatro opciones y el Mosstro, 220 gramos de lomo de vacuno, queso mantecoso, verduras y huevos fritos. Comida de peso para esta nueva vuelta de tuerca en el cervecear local.

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