Por Marisol García Octubre 7, 2016

Iggy Pop en el  Movistar Arena.
Lunes 10 de octubre. Entradas disponibles en puntoticket.com.

No es una reliquia quien este lunes ocupará el mayor escenario techado al interior del Parque O’Higgins, ni tampoco el embajador de una institución histórica (llamémosla garage-punk) que venga a jactarse de su legado indeleble. Podría serlo, pero es más justo apreciar a Iggy Pop en su rabiosa vigencia, a prueba este año al menos por un disco de estudio, otro en vivo, un DVD de concierto, un cupo actoral en el cine, un libro parcialmente biográfico y un documental en su homenaje. Ah, y casi se nos olvidan el libro y la exhibición que un artista británico hizo con bocetos de sus (voluntarias) poses de desnudo —“el cuerpo de Iggy Pop es central en la historia del rock”, argumenta el autor— y además su minidisco de tributo a Walt Whitman. Así, en diez meses el dueño del torso más famoso de la música estadounidense acumula realizaciones y encargos que exceden la norma de una figura de 69 años de edad, aunque la marca de excepción etaria es aburrida en su caso.

El vigor eléctrico de Post Pop Depression, su disco 2016, es el de un cantante no sólo capacitado para ejercer de tal, sino también dispuesto a desafiarse en pautas sonoras novedosas (el álbum no tiene nada que ver con su publicación previa, Après, lleno de covers ¡en francés!), y que por sí solas debiesen sostener buena parte de su concierto de debut en Chile, planeado junto a un cuarteto de apoyo. Es también innegable que el hombre de “Lust for life” carga en su identidad escénica la de toda una antigua revuelta, que es lo que de hecho sostiene el libro biográfico por aparecer (Total chaos) y también el nuevo y aplaudido documental de Jim Jarmusch —aunque él lo llama “un ensayo”—,Gimme Danger.

Lo que Iggy Pop hizo junto al grupo The Stooges desde 1967 fue una sacudida tan brutal a las bases de la canción rockera que hasta hoy motiva una revisión asombrada de su energía, insolencia y solidez. ¿De dónde salían esas contorsiones? ¿Sentía temor al lanzarse cuerpo a cuerpo a la audiencia? ¿Le dio pudor grabar una canción titulada “Quiero ser tu perro”? Cuerpo, contacto, subversión. El hombre que ahora llega a Chile contiene en sí la fuerza de conocer y haber sobrevivido entre fronteras de peligro.  “¿Piensas que has sido influyente para alguien?”, le pregunta una presentadora de televisión en un viejo archivo que rescata el nuevo documental de Jarmusch. La respuesta del cantante es breve y en serio: “Pienso que ayudé a enjuagar los 60”. La gracia está desde Iggy Pop hacia adelante.

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