Por Yenny Cáceres Septiembre 30, 2016

1 de octubre, a las 19.30 h, cierre de la exposición en Galería Madhaus.

El amor por China lo heredó de su abuelo, que murió exactamente un año antes de que Margarita Dittborn (1981) naciera, en el mismo hospital. Ese abuelo, Eugenio Dittborn, director del Teatro de Ensayo de la UC, es una leyenda del teatro chileno, del mismo modo que su padre, Eugenio Dittborn, es Premio Nacional de Arte y un referente para el mundo de las artes visuales.

Fotógrafa y artista autodidacta, Margarita Dittborn celebra sus 10 años de carrera con la exposición El libro del amor en Galería Madhaus (Vasco de Gama 4639, Las Condes), en que el viaje de su abuelo a China, en 1951, se cuela con la misma nostalgia que recorre todas las obras de esta muestra. La artista, que se ha hecho conocida por sus fotomontajes barrocos, heredó de ese viaje de su abuelo un librito de papel de arroz, que le sirvió de inspiración para esta muestra.

Haber sido seleccionada en 2009 dentro de los mejores 500 artistas menores de 33 años de todo el mundo en el libro Younger than Jesus: Artist directory —editado por el New Museum de Nueva York y la prestigiosa editorial Phaidon— le abrió las puertas del mercado asiático, y así es como Margarita, cerrando un círculo familiar, en los últimos años ha expuesto en galerías de Hong Kong y Shanghái.
“Quería hacer una exposición que tuviera que ver con las dinámicas del amor”, dice Margarita Dittborn. La idea inicial de la exposición se le ocurrió cuando se topó con el video de una musulmana comiendo tallarines. Esa imagen, de una mujer cubierta casi por completo con un velo, le pareció una analogía perfecta de lo que es el amor, de esa lucha por conseguir muchas veces un imposible.

La artista recrea esa imagen en el fotomontaje “Pequeñas certezas 2” (en la foto) porque, como siempre en la obra de Dittborn, las mujeres son protagonistas en postales muchas veces enigmáticas y sugerentes. Pero esta vez, el texto también es protagonista. Usando cuadernos chinos de papel de arroz, como el que heredó de su abuelo, la artista incluye cartas de amor, pasajes de su diario de embarazo y hasta una carta de su padre, que ilustra con unas miniaturas de las pinturas aeropostales que lo han hecho famoso. Fragmentos de un discurso amoroso que se complementa con el video “Vacíos Iridiscentes”, en que dos mujeres orientales, perfectamente maquilladas, evocan el ambiente de los salones de té en el Shanghái de los años 40. Una de ellas tiene una herida en su corazón. “Siguen y siguen llegando tus mails, como estrellas a mi planeta”, se lee en un texto, mientras se escucha una melodía melancólica, como una letanía. Este es el equipaje del amor de Margarita Dittborn. El amor como un momento suspendido, siempre deseado e inalcanzable.

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