Por Paulina Cabanillas F. Agosto 12, 2016

El 12 de enero de 2015, Nacho Vegas caminó junto al coro Al Altu La Lleva y a miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) hasta la sede bancaria de CajAstur de Gijón, en Asturias, España. No iba a hacer trámites ni tampoco a tirar piedras. Iba a cantar su versión del poema “No perdamos el tiempo” de Gloria Fuertes, que tituló como “Canción para la PAH”. Armado con un ukelele y arropado de las voces del grupo entonó estrofas como “mientras haya una sola persona a la que los bancos dejen sin techo, debemos cantar al corro y no cantar en soledad”.

Aquellas andanzas son las que han tenido ocupado a una de las voces más emblemáticas del indie español —formó parte del grupo Manta Ray de 1994 a 1999—, hoy devenido en un cantautor comprometido con su tiempo.

Pero no siempre fue así. Algo sucedió en la vida de Nacho Vegas que lo llevó a transitar del trasnoche y los amores terribles, como se escucha en su primer disco solista Actos inexplicables (2001), a la rabia y la desesperanza de los ciudadanos. Esa observación del descontento social quedó plasmado en Resituación (2014) y Canciones Populistas (2015), sus últimos discos que son los responsables de que el cantautor visite nuestro país por primera vez, este 26 de agosto en el Club Chocolate.

“Mis canciones se nutren no sólo de mis problemas y mis intimidades, sino también de lo que tengo alrededor. Lo que no me gusta son las canciones de amor romántico. El amor es algo muy bonito, pero vivimos en un mundo que es hostil a las relaciones afectivas”, explica al teléfono desde Gijón, su ciudad natal. “Ahora, sí creo que tuve un punto de inflexión y fue con el 15M (las movilizaciones de mayo de 2011). Antes de eso, las conversaciones sobre política se reducían a los círculos de militancia, pero después comenzaron a saltar a otros sitios: entrabas al supermercado y la gente estaba hablando de política. Todo eso se coló en mis canciones”.

—En tu último EP juegas con el término populista ¿por qué crees que está desprestigiada la palabra?
—Porque hoy la política tiene una práctica muy común que es la de apropiarse de los términos, resignificarlos y utilizarlos como arma. Y la derecha se adueñó del término “populista” para usarlo contra cualquier alternativa que surja al discurso neoliberal. Eso en el plano político. También quería reivindicar el populismo en su forma más cultural y en oposición al elitismo, que es para donde está derivando la música. Por ejemplo, hace muy poco tocó Beyoncé en Barcelona, un concierto al que fueron 40 mil personas, una burrada. Las entradas estaban a 140 euros, que es muchísimo dinero, sobre todo para los jóvenes que tienen empleos precarios y si es que tienen.

—Le cantas a la PAH y sigues de cerca a varios movimientos de reivindicación social, ¿no has pensado en tener algún cargo político?
—No (se ríe). Es curioso porque amigos míos muy jóvenes, que pertenecían a los movimientos que fueron el germen del 15M y que ahora están en política, lo están pasando mal. Claro, asusta mucho porque hay una maquinaria mediática que crea una batalla de acoso hacia ellos, que bucea en todos sus tuits para encontrar algo con lo que atacarles. Si yo me presentara a un cargo político, encontrarían un montón de basura y bueno, los que estamos afuera tenemos la suerte de poder decir las cosas de otra manera.

Nacho Vegas en concierto. Entradas en clubchocolate.cl

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