Por Gonzalo Maier Agosto 5, 2016

La vegetarianaDe pronto, y sin dar mayores explicaciones, una mujer deja de comer carne. Como cualquier decisión menor e incluso doméstica, el asunto podría pasar desapercibido, pero ya se sabe que ni la política ni el vegetarianismo dejan indiferentes a las personas. De hecho, apenas la protagonista de La vegetariana —la única novela de la coreana Han Kang que se puede encontrar en librerías chilenas— renuncia a la carne, los cambios se vuelven evidentes: su marido creerá que se volvió loca, su padre intentará que coma a la fuerza y su cuñado, atraído por ese arrebato de excentricidad, se querrá acostar con ella. La vida, ya lo ven, a veces cambia por culpa de una salchicha. Llena de ambientes sombríos y extraños, como si el mundo de los vegetarianos fuera una película de terror, la estupenda novela de Kang es una clase magistral sobre la sospecha que cae sobre quienes viven de un modo diferente.

De paso, vale la pena apuntar el buen ojo de la editorial Bajo la Luna, que tradujo la novela cuatro años antes de que en Inglaterra ganara el prestigioso premio Man Booker International —este mismo 2016—, asunto que invita a reflexionar sobre la mediocridad de reseñistas como uno, que sólo caen en cuenta de algunas novelas cuando las validan allá lejos. En cinco palabras: el libro es una joya.

“La vegetariana”, de Han Kang.

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