Por Diego Zúñiga. Julio 8, 2016

¿Por qué resulta casi imposible encontrar en librerías chilenas algún libro del escritor argentino Juan José Saer (1937-2005), si es uno de los narradores trasandinos claves de la segunda mitad del siglo XX? Podríamos conjeturar algunas respuestas, pero lo único cierto es que Saer sigue siendo injustamente un secreto fuera de su país. Ahora, Beatriz Sarlo —una de sus lectoras más atentas— acaba de publicar Zona Saer, en Ediciones UDP, un ensayo que nos invita a descubrir a este escritor argentino que vivió a la orilla del Boom latinoamericano, mientras construía una obra descomunal, situada sobre todo en Santa Fe, donde nos encontramos con una serie de amigos que vamos acompañando en las distintas novelas y cuentos que escribió Saer durante más de 40 años: personajes que crecen, que mueren, que se pierden y con los que uno inevitablemente se encariña.
Beatriz Sarlo indaga, entonces, en la vida y obra de Saer con una mirada minuciosa: revisa influencias (Di Benedetto, J. L. Ortiz, Faulkner), se detiene en esa lengua personalísima que creó Saer (la oralidad, la poesía), transita por el paisaje de provincia que recorren sus personajes, y transmite una y otra vez el entusiasmo por una obra que parece un mundo. Porque es así: terminas de leer Zona Saer y quieres ir a buscar La grande, Glosa, Cicatrices, En la zona y todo lo que escribió Saer. Quieres entrar a ese mundo y quedarte ahí todo el tiempo que sea necesario.

“Zona Saer”, de Beatriz Sarlo.

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