Érase una vez la crisis
Tantas son las tragedias que acarrea una depresión económica, que Sherezade tendría material de sobra para entretener con historias al cruel sultán de Las mil y una noches. No es un decir ni una frase ingeniosa, sino la idea delirante que tuvo el portugués Miguel Gomes (Tabú) para contar el drama de la crisis financiera en su país. Relato monumental dividido en tres filmes, Las mil y una noches —estrenada en Cannes— tiene de protagonista a una Sherezade que teje una decena de cuentos sobre la dura realidad social con hebras de humor y absurdo: hombres de poder impotentes, cesantes que entrenan pájaros cantores y jubilados que no tienen razón de júbilo. Alegoría del capitalismo como un metarrelato que se nutre de la miseria humana, este filme imprevisible, surrealista y a ratos ruiziano prueba que no hay arma más punzante que el humor para narrar el drama.
“Las mil y una noches”, de Miguel Gomes.
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México, a venas abiertas
Johnny y Miguel son dos adolescentes que se aman. Johnny es el hijo de la nana de Miguel, ambos son skaters y vagan por el México marginal en busca de dinero fácil. Si del cuello de uno cuelgan dientes de vampiro, es más que por el amor perverso que los une: ambos se dedican al tráfico de sangre y vacían sus venas para ganar algunos pesos. La trama se retorcerá aún más cuando les encomienden una misión de grandes proporciones, pero Te prometo anarquía es más que una película visceral sobre niños descarriados: es el retrato brillante de un México desangrado por la violencia, de un país donde, de un día para otro, una cuarentena de personas puede desaparecer. El filme, en competencia en el Festival de Locarno, es el quinto trabajo del guatemalteco Julio Hernández Cordón, nombre habitual en Valdivia y ganador del Premio del Público 2010 por Las marimbas del infierno.
“Te prometo anarquía”, de Julio Hernández Cordón.
Toda la programación en www.ficvaldivia.cl
