Por Álvaro Bisama Julio 29, 2015

© BBC

Hinterland/Y Gwyll es una serie galesa que la BBC transmite en Inglaterra. El show es un policial que cuenta con la virtud de haber sido rodado en dos lenguas distintas (inglés y galés) para su exhibición en partes de ese país donde existe una comunidad que habla dicho idioma.

Pero más allá de eso, se trata de un policial buenísimo. Exhibida acá por Netflix, está protagonizada por Richard Harrington, quien interpreta a un agente que debe volver a su tierra natal a trabajar en diversos casos. Compuesta por cuatro capítulos de una hora y media cada uno, Hinterland tiene cierto aire desprotegido y triste que recuerda un poco el tono de las adaptaciones del Wallander de Mankell, pero que carece de la truculencia y la debacle moral de éstas. De hecho, más allá de la investigación de los casos y los crímenes de los que se ocupa, el relato es especialmente cuidadoso en revelar pistas sobre la vida de sus protagonistas, como si sus situaciones personales existiesen como una suerte de amenaza lejana que los acosa de manera invisible.

Así, los paisajes se vuelven relevantes mientras Tom Mathias (Harrington) se acostumbra a su equipo y aprende la mecánica de la vida de un pueblo que apenas conoce. Mathias no tiene nada. A veces, llama por teléfono a alguien (¿sus hijos?, ¿su mujer?), pero eso es todo. Porque más allá de que, el primer capítulo por ejemplo, se ocupe de un asesino serial que mata a personas relacionadas con un viejo centro de menores, lo que importa es otra cosa: la lluvia, las grandes extensiones de páramos desolados, el verde como una constante silenciosa, las carreteras con rumbo a la nada, el cielo abierto que es el preludio de una tormenta. De este modo, lo anterior conspira para amplificar la violencia y la soledad de los personajes de Hinterland, todos siluetas perdidas en una geografía que los define, marcándolos de modo silencioso e imborrable.

"Hinterland/Y Gwyll".

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