Por María Ignacia Pentz Marzo 4, 2015

Luego de visitar Universo Carreño, en el Museo de Bellas Artes, todo se aclara. La exposición es un viaje por la trayectoria -y la vida- del pintor chileno-cubano Mario Carreño. Un artista que vivió en diferentes países, entre América y Europa: Cuba, España, México, Francia, Estados Unidos y Chile. En cada lugar recibió una influencia nueva.

La muestra recorre su trabajo desde 1940 a 1992 a través de cuarenta obras, ocho de ellas traídas directamente desde el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, y además se incluye una serie de imágenes más íntimas en blanco y negro, en las que posa, entre otros, con Pablo Neruda -gran influencia en su vida y obra-, Gracia Barrios, José Balmes, Sergio Larraín, Lily Garafulic y Roberto Matta.

¿Y por qué todo se aclara? Es que, para el espectador, la muestra es casi un ejercicio explicativo. Un recorrido por diferentes etapas, que van desde sus influencias más renacentistas, pasando por su trabajo geométrico para luego volver a la figura. Un montaje lineal, que va develando los cambios que finalmente llevaron a este Premio Nacional de Arte a crear su universo propio.

"Universo Carreño: Cuerpo de obra de Mario Carreño 1940-1992". Museo Nacional de Bellas Artes. Hasta el 5 de abril.

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