Por María Ignacia Pentz Agosto 20, 2014

-Perdón, Pepe, por todo lo que pasó con el perfume.

-No se preocupe, mijo, la gente no tiene nada que hacer.

Así comenzaba el primer -de dos- encuentro entre Martín Sastre (38), artista y cineasta uruguayo, y José Mujica, presidente de su país. Todo empezó cuando a Sastre lo invitaron a la bienal de Uruguay, en 2012. Quería presentar algo único. Entonces, se le ocurrió hacer una fragancia, contraponer la sencillez de Mujica y su estilo de vida, con el concepto de lujo que suelen tener los perfumes. Sonaba épico. Intentó llegar a él sin atajos, pero como para la fecha de la Bienal aún no tenía respuesta, grabó el comercial de U from Uruguay -o El Perfume del Pepe-. El video dio la vuelta al mundo. Y fue por esa repercusión que finalmente lo contactaron desde la presidencia. Tiempo después, estaba con él, en su chacra, juntando flores.

Una vez listo, expuso el perfume en diferentes países y hoy está en Chile como parte de Videoclub, la exposición de Martín Sastre en el MAVI. Una muestra en la que funde el lenguaje del cine, íconos pop y pensamiento político con humor e ironía. Hay filmes, fotografías del tipo Lady Di con un walkie-talkie de Hello Kitty, dibujos de ese mismo personaje ficticio transformado en personajes políticos como Fidel Castro, Che Guevara y Barack Obama, y por supuesto, la escultura que se ha robado las miradas: “Hello Michelle”. Obras inteligentes e hilarantes a la vez.

-¿Cómo fue la experiencia de reunirse a juntar flores con Mujica?
-Fue muy divertido. En un momento, con Mujica y su mujer, íbamos caminando hasta donde estaba mi hermana -que me acompañó-, y cuando llegamos tenía que presentarlos, entonces le digo: “Bueno, ella es mi hermana, María Eugenia. (Él es) Mujica… nuestro presidente”. ¡No sabía cómo presentarlo! Que se haya hecho un momentito para recibirme y apoyar este proyecto, me parece increíble.

-¿Por qué utilizar el humor?
-Creo que el humor es una puerta de entrada a la obra, genera una empatía inmediata, te hace sentir partícipe de lo que estás viendo. Después las obras tienen muchas capas de lectura. Es una forma muy sutil de fortalecer la inteligencia, la reflexión, la ironía. No creo que las cosas serias sean más serias que las cosas divertidas.

-Hello Kitty se ha transformado en parte de la iconografía de tu trabajo, ¿qué te lleva a trabajar con ella?
-Creo que me gusta, como a la mayor parte del mundo. Es un personaje muy atractivo. Creo que es porque no tiene boca. Se puede transformar en cualquier cosa.

-¿Por qué convertir a Michelle Bachelet en Hello Kitty?
-Es un gran ícono. De alguna forma, juntar a Hello Kitty y a Michelle Bachelet tiene sentido, son personajes muy entrañables. Parece que siempre hubiese existido “Hello Michelle”.

“Videoclub”. Retrospectiva de Martín Sastre 2000-2013. Museo de Artes Visuales (MAVI). Hasta el 19 de octubre.

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