Por Rodrigo Fresán Abril 9, 2010

Blood on the Tracks de Bob Dylan, Rumours de Fleetwood Mac, Walls and Bridges de John Lennon, Sea Change de Beck, Heartbreaker de Ryan Adams, Tunnel of Love de Bruce Springsteen, Shoot Out the Lights de Richard y Linda Thompson, Here, My Dear de Marvin Gaye… Todos tienen algo en común, además del hecho de ser obras maestras indiscutibles, cada uno a su manera: son, sí, break-out records. Es decir: discos sobre separaciones, álbumes divorcistas, botellas arrojadas al mar de los corazones rotos. Y parece mentira: pocas cosas envejecen menos o suenan mejor que la implacable radiografía de un momento de la vida que más de uno querría olvidar para siempre. Y ahora -apenas seis meses después de su un tanto más optimista Hombre Lobo- hay que sumar a esa lista este End Times de Eels. Y si Hombre Lobo se ocupaba, en buena parte, de los métodos y estrategias para conseguir y conservar a una chica, End Times -de lo mejor si no lo mejor que ha hecho Eels- se concentra en el cómo sobrevivir luego de haberla perdido para siempre. Y se sabe: Eels (Mark Oliver Everett) es todo un especialista en tristezas, depresiones, melancolías y disfuncionalidades sentimentales y familiares. Pero pocas veces ha sonado más robusto -con un sonido casi despojado y low-fi- a la hora de ofrecer una suerte de diario íntimo sin anestesia, culminando con el esperanzado "On My Feet". Consejo: buscar y encontrar y gastar un poco más y hacerse con la edición especial de End Times, que trae un mini-disco extra con cuatro canciones, entre las que se incluye -¡qué título!- la imprescindible "The Man Who Didn't Know He'd Lost His Mind". Música perfecta para salingerianos que todavía no se reponen de ese último y ¿definitivo? golpe.

* Escritor argentino.

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