Por Andrew Chernin Abril 3, 2010

Antes de la teoría, una pequeña aclaración: no tengo hermanas, no soy de muchas amigas y mi madre está lejos de ser la niña símbolo del capricho femenino. Pero aún así, creo una cosa: las tiendas de ropa de mujer, tan perfumadas, modernas e iluminadas, no son lugar para que un hombre se pasee. Incluso, si es un aburrido domingo en la tarde. Por eso es que el lanzamiento de la campaña de MNG con Scarlett Johansson, donde la actriz aparece arrebatada y chic, me huele a engaño. Porque Scarlett es una tipa que podría arrastrarnos hacia un mall con su mirada de gringa perdida. Y si la seguimos hasta la tienda, sólo nos quedaremos con el triste espectáculo de consuelo. Es decir, con todas esas mujeres que con esos trapos aspiran a ser como ella.

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