Hace rato que Skins se transformó en algo más que una serie sobre teenagers. Porque entremedio de esos nudos argumentales juveniles se vislumbra la imagen de una Inglaterra poscolonial y compleja, como la que Zadie Smith viene retratando en sus libros. En Skins hay rock británico, problemas raciales, drogas y jóvenes con acento cockney. Y en el Reino Unido -donde los actores son casi estrellas nacionales- ya van por la cuarta temporada. Por estos lares, en cambio, recién pasamos la primera y la segunda acaba de debutar. Lo que nos tiene a la espera de saber qué le pasó a Tony luego de su accidente y si seguirá llevando su alocado estilo de vida; si Michelle lo perdonará pese a todo; y si Cassie -la adorable y angelical Cass- derrotará esa anorexia y, por fin, conseguirá que Sid le ponga los ojos encima. Una serie que probablemente un adolescente Hanif Kureishi hubiese gozado en escribir.
Todos los viernes a las 22:00 hrs. por MTV.