Por Andrew Chernin Enero 16, 2010

La velocidad sobre una moto, digan lo que digan, nunca se trató de conseguir mujeres. Ni tampoco de meter ruido o de pegar calcomanías chulas en el chasís. Correr rápido se trata de probar límites, los del motor y los del cuerpo. Correr en una moto, pero como lo hace "Chaleco" López, es encerrarse en un espacio que es mucho más solitario de lo que se piensa. Y esa soledad, sin fuegos artificiales ni chicas con vestidos cortos, pero con el viento zumbando en la oreja, no es gratis. Cuesta, y no menos de 10 millones de pesos, como la RSV 1000 R de Aprilia, que es la marca italiana que auspicia a "Chaleco". Hay que comprarla en tiendas donde llegan pocas, porque pocos están dispuestos a pagar por ella. Y ése es el límite. La frontera donde los niños miran y los hombres aceleran.

www.gildemeistermotos.cl

Relacionados