Por Gonzalo Maier Noviembre 14, 2009

Es un hecho que cada vez hay más conciertos. En un par de años, las carteleras se llenaron de DJs de dudosa reputación y de bandas de kermesse disfrazadas de megaéxitos. El asunto es que hay uno que, pese a la oferta y la demanda, no va a venir nunca. El santo de Tom Waits, el paladín de la voz destrozada por el cigarro y el whisky, con suerte sale de su casa en California. Bueno, del baño de su casa, que es en donde graba sus canciones. Pero gracias a la intermediación de Dios y después de una tracalada de años, en 2008 hizo una excepción, tomó su guitarra y fue a tocar a Europa. El resultado de esa gira será lanzado como disco doble durante 2010 y se llamará Glitter & Doom Live. Por mientras, para purificar los oídos, pueden bajar gratuitamente el primero de los discos en www.tomwaits.com

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