Por Yenny Cáceres Noviembre 7, 2009

Esta semana llegó a la cartelera Ilusiones ópticas, película filmada y estrenada en Valdivia. ¿Dirigió un valdiviano? Sí, Cristián Jiménez.

-La fotografía de Inti Briones escapa de lo pintoresco. ¿Qué cara de Valdivia quisiste mostrar?

-La idea era mostrar una cara que se alejara de la belleza de postal, pero igualmente fuera reconocible y pusiera el acento sobre el lado más moderno de la ciudad. También tratamos de ser estilosos y divertidos a la vez, y parece que nos resultó (al menos, eso dicen).

-Después del mall, el casino es la última "mutación" de Valdivia. ¿Qué te parece?

-Otra ilusión óptica. Es un poco aberrante, pero no puedo evitar sentir una cuota importante de fascinación.

-El personaje de Gregory Cohen, al borde la cesantía, se adelantó a la crisis. ¿Buena coincidencia?

-Bueno, tampoco es que el mercado laboral flexible empezó el 2008. Por algo el personaje se basa en hechos de la vida real. De todas formas hubo buen enganche con la fecha de estreno y eso se lo debemos a nuestra tarotista.

-En la película hay personajes ciegos y todo un juego con la mirada. ¿Por qué?

-Porque el mundo en que los personajes habitan ha cambiado mucho y de pronto se les vuelve irreconocible. Lo que no quita que pueda ser bello y nos podamos reír de eso. Pero justamente porque las señas de referencia se han perdido, es grande la tentación de simplemente cerrar los ojos. Pero claro, no se puede más que por un rato.

-La última escena es muy romántica, un bien escaso en el cine chileno. ¿Por qué te la jugaste por ese final?

-Me parecía importante cerrar con una sensación de esperanza, que en este caso proviene de la capacidad de estar conectados con otros, más allá de las barreras que existen y que nos ponemos. No es un happy end hollywoodense, pero muestra que pese a todas las dificultades somos tercos en mantener las ilusiones en pie.

-Y por último. Si tuvieras que elegir: ¿los crudos del Haussmann o la cerveza Kunstmann?

-¿Puede ser las dos cosas juntas?

Relacionados