Por Verónica Marinao Octubre 24, 2009

La Vagina de Laura Ingalls, de Alejandro Moreno, es una disparatada e inteligente invitación a releer la historia de la simpática y (sospechosamente) cándida niña pecosa de la serie La Pequeña Casa en la Pradera. En formato de instalación, esta propuesta dirigida por Manuela Oyarzún y Claudia Celedón tiene a un costado de la sala pantallas con imágenes de la serie ícono de los 80. En el otro extremo, un video muestra a una mujer obsesionada con Laurita y que cree escribir los guiones de su vida en una dimensión paralela. A tanto llega su fanatismo, que decide raptarla... Aunque esta nueva Laura (interpretada por Manuela Oyarzún) aparece con el mismo sombrero conservador y femenino de la serie, ahora transita por escenas sórdidas, incluso sadomasoquismo. Es una especie de entrenamiento para ser algo así como una Mae West: seguro no irá al cielo, pero como todas las chicas malas, llegará a todas partes.

Hay una reflexión muy irónica sobre cómo se construye identidad desde potentes referentes televisivos. Este trabajo no sólo rompe las convenciones respecto a los roles de género, sino que también pone en jaque las concepciones arraigadas sobre lo que es o no teatral y cuestiona las posibilidades de una puesta en escena convencional, una pregunta cada vez más presente en la escena local (por algo será). ¿Como habría sido una Laura así de "curiosa" en nuestra cultura ochentera? Difícil imaginarlo. La habrían censurado el primer día.

Museo de Arte Contemporáneo / Jueves a sábado, 17:00 h. / $600 general; y $400 estudiantes y tercera edad.

Relacionados