Por Sergio Fortuño Septiembre 19, 2009

Éste es el disco más amistoso del proyecto de rock experimental liderado por Dave Longstreth, cuyo gusto por arreglos que pasan sin transiciones de lo mínimo y lo rústico a lo ampuloso y pulido es uno de los sellos distintivos de esta banda, que ha colaborado con consagrados como Björk y David Byrne. Su ambición armónica, presente sobre todo en los arreglos para las voces, tiene algo de los Beach Boys, y su vocación rapsódica recuerda a Frank Zappa. Con momentos de intimismo y de explosiones de alta intensidad, este lisérgico ensamble sigue siendo una experiencia a veces difícil, pero recompensante. Ojo con la joya pop del álbum: "Stil ness Is The Move", un rhythm and blues especiado donde la cantante Amber Coffman dicta una clase de estilo a Mariah Carey, Christina Aguilera y Beyoncé.

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