Por Yenny Cáceres Septiembre 19, 2009

En Ñi Pu Tremen, que estará en Santiago a Mil, la directora Paula González sorprendió con un teatro documental que recogía el testimonio de mujeres mapuches. Ahora estrenó Project Salvador: La hora de la 11, en el Teatro Camino.

- ¿Por qué le pediste a tu abuela mapuche que actuara en Ñi Pu Tremen (Mis antepasados)?

- Cuando era pequeña siempre escuchaba a mi abuela (Elena Mercado) que decía "no me gusta ser mapuche, me cargan los mapuches". Palabras que en un comienzo no tenían mayor significado para mí, hasta que me enteré que su mamá había sido machi. En ese minuto, me obsesioné con las historias que rodeaban a mi enigmática bisabuela. Cuando comencé el proyecto Ñi Pu Tremen, junto al colectivo Kimen, lo hicimos pensando en que sería una oportunidad para que mi abuela se reencontrara con sus orígenes y su pasado ancestral. Y, además, es la mejor actriz que conozco.

- ¿Rodrigo Pérez es tu mentor?

- Sin duda. Tener clases con Rodrigo ha marcado mi manera de ver el trabajo escénico. Luego de presenciar Provincia Kapital, antes de entrar a estudiar Teatro, y después ser espectadora de la trilogía La Patria, ya en la escuela, me sentí muy identificada con el trabajo de Rodrigo… en ese minuto pensé: "Éste es el teatro que quiero realizar, un teatro pensante, un teatro político". Sin embargo, también reconozco influencias de otros directores en mi trabajo.

- ¿Cuál es el Allende que muestra Project Salvador?

- Nuestro Allende es aquel que se presenta a través de comentarios, especulaciones, lentes de moda, poleras estampadas, en ideales y proyectos truncados. Es ausencia, es pérdida, duelo, muerte. Allende es el ícono de una huella histórica que ha quedado inscrita en nuestro territorio.

 - Para Project... recogiste testimonios de jóvenes sobre Allende. ¿Cuál fue la respuesta más bizarra?

- ¿Allende?... Next, al bus.

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