Por Pablo Illanes Septiembre 5, 2009

Otra cinta de horror orgánico, al más puro estilo de la notable À l'intérieur. En esta ocasión el miedo no proviene de Francia, sino del indie americano más humilde, el de género. Precedida por un auspicioso debut en Sundance, se trata de un híbrido único entre melodrama y terror que a ratos recuerda peligrosamente a la mejor película del año, Déjame entrar. Sin la ambigüedad estilística de la joya sueca de vampiros y con un presupuesto que se adivina ínfimo, la historia narra el calvario de Madeline (Jordan Ladd), una madre que enfrenta la muerte prematura de su hijo nonato y los trágicos acontecimientos que suceden cuando inexplicablemente la criatura vuelve a la vida. El relato suena bastante mejor de lo que es, y a pesar de una premisa interesante y de varios momentos verdaderamente aterradores, el peso de Grace se lo lleva la protagonista, una heroína salvaje y capaz de todo con tal de satisfacer las extrañas costumbres alimenticias de su bebé. Si no fuera por las televisivas actuaciones y por un subplot lésbico absurdo e inexplicable, Grace sería otra joya. No lo es.

*Escritor y guionista de Dónde está Elisa?

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