Por Gonzalo Maier Agosto 29, 2009

Por suerte llegó un libro de Daniel Guebel. Es que a veces la cordillera es más alta y cruel de lo que parece. A estas alturas del siglo XXI, Guebel -tal como Sergio Bizzio o Fabián Casas- es un escritor secreto y prohibido que, con más de 15 libros en Argentina, aún tiene pendiente el gran salto con garrocha para cruzar la cordillera. De todos modos, Los padres de Sherezade (Eterna Cadencia), su último conjunto de relatos, acaba de llegar a Chile distribuido por Uqbar. Son cinco cuentos que parecieran reunir a Borges y a César Aira en una cita peligrosa e improbable. Algunos argumentos son alentadores: Lenin viaja a Lovaina para aprender de los jesuitas, mientras que Stendhal, en Riga, ve cómo su vida cambia tras asistir a clases con un médico sangriento. Sin pretensiones y en pocas páginas, Guebel fabula en torno a un mundo desaparecido, donde la ciencia, lo sobrenatural y la magia eran parte de una misma moneda. El resultado es ágil, sorpresivo, a ratos cómico y particularmente efectivo. Por eso siempre es saludable leer a Guebel. Precio: $13.400.

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