Por Yenny Cáceres Agosto 5, 2009

Acá se llega por dato. Ni siquiera hay un cartel en la puerta. Para entrar a esta galería, en el segundo piso del pasaje Phillips (sí, el mismo donde vivió Jorge Alessandri), hay que tocar el timbre. A no engañarse porque al lado está la sede del Sindicato de Folcloristas y Guitarristas de Chile. Esto es la nueva vida de galería AFA, que en una audaz jugada se cambió de Providencia al centro, en una cuadra donde la fritanga de los pollos Tarragona convive con una notaría y una picada de comida peruana.

Y así, como teletransportado, se cruza el umbral de AFA y se llega a una moderna galería. Un respetable espacio de 250 m2 con una cuidada iluminación, donde de entrada uno se topa con unas fotos de Paz Errázuriz, de la serie "La manzana de Adán" (a $ 600 mil c/u). Sólo el piso, en algunas partes de concreto, en otras con baldosas, testimonia el pasado de este lugar, en el que antes funcionó un gimnasio.

Hay un aire familiar en todo esto. Desde el nombre de galería AFA, escrito en neón, recortado sobre un viejo papel mural. O la biblioteca, con libros para hojear como si uno estuviera en la casa de un amigo.

Sólo se echa de menos que la exposición que estuvo hasta esta semana, "Paisajes locales", de Cristóbal Palma, hubiera tenido alguna información sobre cada una de las fotos. Pero es un detalle menor dentro de una apuesta que quiso desmarcarse de los circuitos de las galerías estratégicamente. A pasos de la Plaza de Armas y de las decenas de turistas que circulan por ahí. Por la vista de uno de los ventanales, se divisa la calle Monjitas y el cine Mayo promocionando "sus programas sólo para adultos". Como para recordar que estamos en el Santiago profundo.

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