Por Ángel Soto Julio 31, 2009

Hace años que Mario Vargas Llosa viene dando las "batallas por la libertad" en Latinoamérica. Efectivamente, desencantado de la revolución cubana tras el caso Padilla, le dio la espalda al socialismo totalitario para abrazar la causa de la sociedad libre; es decir, el camino de la democracia y el mercado. La decisión no fue gratuita, y aunque su obra intelectual sigue recibiendo reconocimiento a nivel mundial -excepto por la Academia Sueca que se niega a entregarle el Premio Nobel, quizás precisamente por ser políticamente incorrecto-, sus columnas de opinión, ensayos y conferencias sobre temas coyunturales le han significado más de un enfrentamiento, cosa que el otrora "Diablo en Campaña" no elude.

Recuerdo que en 2008 coincidimos en un seminario organizado por la Fundación Libertad en Rosario -ciudad natal del Che Guevara-. Íbamos en el mismo bus, cuando un grupo de exaltados lanzando consignas anticapitalistas e injurias comenzó a atacarnos con piedras y palos hasta romper los vidrios. El episodio no sería más que una más de esas batallas, ya que recientemente me tocó escucharlo en el seminario "El desafío latinoamericano. Libertad, democracia, propiedad y combate a la pobreza", organizado por Cedice en Caracas, en el cual la historia se repitió, pero esta vez de manos del propio Hugo Chávez, quien mandó retenerlo en el aeropuerto y lo increpó a debatir. Vargas Llosa aceptó gustoso no sin antes condicionar a que sólo lo haría contra el propio mandatario venezolano, cosa que Chávez eludió.

Es que tal como afirma Carlos Granés en el prólogo de este libro, su lucha es instintiva por la libertad. Siempre ha estado atento "a las ideas, sistemas o reformas sociales que intentan reducir el contorno de la autonomía individual". El libro recoge una selección de ensayos y columnas sobre Latinoamérica que muestran su posición frente a "la peste del autoritarismo", el "auge y declive de las revoluciones", los "obstáculos al desarrollo: nacionalismo, populismo, indigenismo y corrupción", la "defensa de la democracia y del liberalismo", hasta entregarnos su visión de "los beneficios de la irrealidad: arte y literatura latinoamericana". Una historia que se debate entre "Sables y Utopías".  Estas últimas comenzaron en el descubrimiento mismo, y que con los sables de la conquista, la independencia, los caudillos y los dictadores se proyectan hasta el presente. Más que preguntarnos acerca de "¿Cuándo se jodió el Perú?", la pregunta es "¿Cuándo se jodió Latinoamérica", a lo cual la respuesta tal vez sería: "América Latina es un continente que se jode cada día".

Un libro escrito por un "amante de América Latina", como tituló hace un tiempo su diccionario, en donde se muestra una frágil democracia regional, pero en el que también aparecen referentes intelectuales liberales, tales como Revel, Berlin, Popper, Mises y Hayek.

Un análisis de la historia reciente regional, en un relato que concluye con lo mejor de nuestro subcontinente: el arte, la literatura, su cultura. No están fuera de este recorrido Paz, Borges, Donoso, Cortázar, García Márquez, Frida Kahlo, Botero y muchos otros.

Historia, política, economía, cultura van aportando la riqueza de una zona que es tantas cosas a la vez "que hacen de ella un microcosmos en el que cohabitan casi todas las razas y culturas del mundo", una amalgama que "es su mejor patrimonio". Un continente "que carece de una identidad porque las tiene todas".

En síntesis, al decir de Granés, las batallas por la libertad de Vargas Llosa permiten afirmar que: "Mientras los artistas pueden ensayar formas míticas e irracionales, ser deicidas y fantasear con un mundo a su medida, los políticos deben bajar de las nubes, tomar el pulso a la realidad y sentar las bases de ese sistema imperfecto y mundano, tan modesto como eficaz, que es la democracia". Es de esperar que esta última sea la que prime, y que finalmente sea la libertad la que reemplace a las utopías y, por sobre todo, a los sables de nuestra región.

Relacionados