Por Antonio Díaz Oliva Abril 20, 2011

Hace un tiempo, en una entrevista radial, Hernán Rivera Letelier abordó el tema. Cuando le preguntaron su opinión sobre la crítica literaria que, libro tras libro, lo destrozaba, el autor de La reina Isabel cantaba rancheras respondió: "No escribo para los críticos, escribo para las madres de los críticos". La respuesta -más allá de haber causado una que otra risa- habla sobre un fenómeno siempre latente: el papel de los best sellers y lo que éstos provocan en la industria literaria.

Es ese tipo de análisis -pero llevado a un nivel macro- el que Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957), actual coordinador del suplemento Cultural/s del diario La Vanguardia, aborda en su libro Código best seller, que acaba de salir en España y que en las próximas semanas llegará a librerías chilenas. Aquí, desnuda y clasifica los distintos tipos de superventas y ensaya una respuesta para una pregunta titánica: ¿qué hace que un libro se convierta en un best seller? "Hay muy poca bibliografía sobre best sellers, los libros que venden millones de ejemplares parece que no interesan a los investigadores académicos", dice Sergio Vila-Sanjuán. Periodista cultural experimentado,  lleva varios años siguiéndole la pista a este fenómeno literario. De hecho, él fue uno de los primeros en escribir sobre la obra de Carlos Ruiz Zafón (La sombra del viento) o la trilogía Millennium de Stieg Larsson. "Una de las teorías que planteo en ellibro es que los grandes best sellers son por lo general historias originales, imprevisibles e inesperadas, que abren campos nuevos a la imaginación del lector", agrega. En España, Código best seller fue recibido con pasión: la prensa tildó al autor como "el hombre que descifró los secretos del libro superventas" y que rastreó el canon popular de la literatura mundial.

En España, "Código best seller", de Sergio Vila-Sanjuán, fue recibido con pasión: la prensa tildó al autor como "el hombre que descifró los secretos del libro superventas" y que rastreó el canon popular de la literatura mundial.

La premisa es básica: tal como lo indica el término, los best seller son los libros que venden mucho. Así, en el libro de Vila-Sanjuán títulos como El Quijote -que al año de ser publicado ya tenía ediciones piratas y se tradujo rápidamente- o como la Biblia -el libro más vendido en la historia de la humanidad- entran en la categoría de best sellers. A la fecha, entre los libros más populares se encuentran casos como Tolkien (su trilogía ha vendido, aproximadamente, más de 150 millones de copias), novelas de Paulo Coelho o títulos como El Principito, que ronda los 80 millones de ejemplares. La gracia, claro, es que Vila-Sanjuán marca las diferencias entre los distintos tipos de superventas. El caso de Hernán Rivera Letelier, por ejemplo, se encauza en la misma senda que el de Isabel Allende, en la categoría de "novelas ventana y novelas familiares". Y así explica el periodista español por qué los lectores compran este tipo de libros: "Nos gustan porque nos introducen en un universo cerrado en sí mismo, impenetrable e incógnito hasta ahora para nosotros, con sus propias reglas". Ésa, en todo caso, es una de las tantas clasificaciones que Vila-Sanjuán elaboró después de un arduo proceso de investigación. Y de lectura. Porque, para la escritura de este libro, el autor español tuvo que leer y releer muchos títulos. "Como lector, siempre lo he pasado muy bien con muchos best sellers que me han entretenido y me han abierto ventanas al mundo", aclara. "Pero ahora he releído cerca de un centenar para escribir este libro, y en general me ha sorprendido lo bien que este tipo de libros aguantan el paso del tiempo".

Por qué leemos

Todo se remonta a su infancia. Cuando iniciaba sus primeras lecturas. A la vez que descubría a los grandes narradores clásicos, Sergio Vila-Sanjuán se nutría de la biblioteca de sus abuelos. Ahí tuvo su primer contacto con los best sellers. "Por mis manos pasaban tanto libros de los considerados literarios (Proust, Henry James, Borges, Vargas Llosa), como narrativa popular que encontraba en la biblioteca de mis abuelos (Harold Robbins, Frederick Forsyth, Dumas)", recuerda. Tiempo después, en su trabajo como periodista, tuvo que seguirle la pista a este fenómeno literario. Y no sólo eso: también le tocó entrevistar a varios de los escritores superventas, como Harold Robbins, Ken Follett, Michael Crichton, John Grisham, Arturo Pérez-Reverte o Noah Gordon. De hecho, es capaz de perfilarlos a todos con una misma frase: "Se trata de grandes narradores, con un mundo muy rico, fruto de sus propias peripecias biográficas (y aventureras), por lo que poseen una buena información de primera mano de los temas que abordan".

El ADN de un best seller

Ése fue el background que, años más tarde, usaría para la escritura de este libro. En dos partes podríamos dividir el trabajo hecho por Vila-Sanjuán en Código best seller. La primera, donde hace un análisis histórico del concepto de libro más vendido (desde la Edad Media hasta el presente) y, la segunda, donde elabora un acabado canon en base a casos específicos de best sellers. Una exhaustiva clasificación de los superventas que alcanza 70 tipos: los libros que mueven conciencia (El diario de Ana Frank), los de intriga (el ya clásico Código Da Vinci o el reciente éxito de La cena secreta, del español Javier Sierra), autoayuda (El secreto) y abogados (John Grisham), entre muchas categorías más. Una tipología sorprendente es la de los best sellers cultos. Vila-Sanjuán cita el caso de El guardián entre el centeno. La novela de Salinger no sólo consiguió en su momento que los escritores y críticos la alabaran, también fue muy bien recibida entre los lectores (hoy, se estima, se han vendido 65 millones copias).

Para el autor español, el secreto de todo se resume en una pregunta: por qué leemos. "Yo creo que hay tres razones básicas para leer: por placer estético, para informarse y para entretenerse. Las tres son legítimas. Los best sellers suelen satisfacer la segunda y la tercera, y a veces también la primera, como ocurre con Salinger, pero también con García Márquez, Dickens, Hemingway, Kundera y tantos otros".

Vila-Sanjuán también da algunas pistas para descifrar el ADN de un best seller. Una de las conclusiones principales es que gran parte de estos libros "comparten un tono positivo". O sea que, a fin de cuentas, los autores de estos libros barajan la tesis de que el ser humano puede modificar su destino ya que "la sociedad y nuestro mundo son mejorables", dice . El ejemplo de Charles Dickens es el más emblemático: sus personajes siempre están afectados por condiciones adversas, pero logran superarlas y surgir en la vida.

Otro caso que trata es el de Isabel Allende."La casa de los espíritus es una novela muy amena y page-turner y con todo el potencial inicial para convertirse en best seller", comenta. Pero no todo el éxito de un superventas depende del libro en sí, también influyen factores externos. En el caso de la escritora chilena, "además, era la sobrina del presidente Allende y una exiliada, lo que le daba gran credibilidad y un aura entre el público internacional de sensibilidad izquierdista. Además, se trata de una mujer muy simpática y una gran comunicadora, lo que facilita mucho a los editores la promoción de sus libros".

"La ola de vampiros adolescentes está agotada", dice Vila-Sanjuán. "Lo que viene será un cambio de tendencia que no podemos imaginar en este momento, como no pudimos imaginar que J.K. Rowling nos pondría a leer sobre niños magos o Stieg Larsson sobre historias nórdicas".

¿Valor literario?

2003. Stephen King, un escritor con millones de lectores y varias adaptaciones al cine, sufre el menosprecio de sus colegas. Ad portas de que se le entregara el National Book Award, uno de los premios más importantes en el ámbito literario estadounidense, el autor de Carrie recibía críticas de todas partes. Harold Bloom, el agudo crítico literario, argumentaba que King era un escritor de novelas baratas. O, más bien, un best seller del género del suspenso, que más allá de eso, no poseía mucho valor literario. "La industria editorial cayó muy bajo al conceder a King un premio que antes había otorgado a los novelistas Saul Bellow, Philip Roth y Arthur Miller", argumentó Bloom. En el otro costado, defendiendo al escritor de terror, estaba Ray Bradbury, autor de Crónicas marcianas, título que Vila-Sanjuán usa como el ejemplo perfecto de un libro de ciencia ficción superventas. "No creo que haya que excluir ningún género literario; a nadie se le ocurriría eliminar a Edgar Allan Poe, ¿no?", dice.

En esta discusión sobre si los best sellers tienen o no valor literario, Vila-Sanjuán no intenta demonizar esta tendencia. Al contrario: el autor se dedica a desmenuzar -con pinzas- los principales títulos que la conforman y, de paso, contraponerse al clásico argumento de que el gran defecto de los superventas es su escasa calidad. "Hay un problema con la definición de 'calidad' de un libro, que suele centrarse en cuestiones formales, como la belleza de la prosa o la originalidad de la estructura narrativa. De acuerdo con estos criterios, un escritor como Michael Crichton (autor, entre otros títulos, de los libros que inspiraron películas como Congo o Jurassic Park) no tiene el menor interés", comenta Vila-Sanjuán. Y luego agrega: "En cambio, si valoramos la calidad imaginativa, la originalidad temática o la capacidad comunicativa, Crichton nos parece interesantísimo".

Lo que sí, afirma, es que -pese a que pueden parecer libros prefabricados- ciertamente hay un elemento sorpresa en los best sellers. En otras palabras: no sabemos qué es lo que estará de moda mañana. "Generalmente, las secuelas de estos libros sí son previsibles o productos de marketing. Pero el marketing por sí solo raramente consigue generar superventas realmente importantes, que marquen cambios de tendencia", aclara. Un ejemplo: la moda de las historias de vampiros para teenagers, según Vila-Sanjuán, tiene los días contados.  "La ola de vampiros adolescentes está agotada", dice. Y sobre el futuro, asegura, poco se puede especular. "Lo que viene será un cambio de tendencia que no podemos imaginar en este momento, como no pudimos imaginar que J.K. Rowling nos pondría a leer sobre niños magos o Stieg Larsson sobre historias nórdicas de periodismo y violencia de género".

Relacionados