Por Luis Hermosilla* Febrero 27, 2010

¿Quién es el autor de este libro? Probablemente ambos: Antony Beevor y Vasili Grossman. El historiador (Beevor) nos habla desde un punto lejano, invisible, contextualizador. Nos presenta los cuadernos de notas, cartas y artículos publicados en el diario del ejército soviético, "Estrella Roja", por el reportero de guerra y escritor  Vasili Grossman.

Es la guerra, la Gran Guerra Patriótica, y la vida de Grossman en ella. Se trata de un conjunto de imágenes duras y directas, en las que el autor de "Vida y Destino" iba comunicando, en su momento, cuando el resultado final era incierto, hechos y circunstancias que afectaron a millones de seres humanos. En sus registros, en sus descripciones, escuchamos como si estuviéramos ahí a los protagonistas, todos involuntarios, de un mundo dantesco. "Una mujer de pelo blanco, una madre cuyos hijos habían muerto en la guerra, nos trajo agua en una lata y dijo con una voz melancólica: '¿Habrá resurrección para nosotros?. Señalaba hacia el pueblo incendiado con un movimiento de cabeza".

Grossman, que en ese período no sabía el destino de su madre ni de su hija, sufre el impacto de experiencias inhumanas. Luego de entrar a Treblinka y entrevistar a sus escasos supervivientes, reflexiona: "Todo es cierto. La última esperanza lunática de que fuera sólo un sueño desaparece.Y uno siente como si el corazón se le fuera a parar de tanta tristeza, tanta congoja, que ningún ser humano podría aguantar".

Este libro no relata una historia. Simplemente, muestra una parte de lo que ocurrió. Es un escritor inmerso en el barro y en la sangre, propia y colectiva, pero por sobre todo real.

Grossman siguió al ejército soviético. Estuvo en Stalingrado, cruzó Ucrania, entró, como un soldado más, a Berlín. Su postura, evidentemente, no es neutral. Es un bolchevique sin partido, patriota e ingenuo. Su condición de judío y su negativa a cultivar el culto a la personalidad de Stalin lo convirtieron en un escritor sospechoso y censurado. Más aún, su profunda honestidad lo llevó a consignar también los crueles abusos sufridos por los vencidos; en particular, sus mujeres.

Se trata de escritos en que el reportero no es el dueño de la trama. No hay fantasía. No hay personajes. Nada es ficticio. Los ríos son reales, los muertos murieron de verdad. Y en este ir y venir por los campos de batalla, Grossman no es muy distinto a los soldados y oficiales que entrevistó. Encontró la lápida, deslavada, que recordaba el lugar donde murió su sobrino. Pudo también reconstruir la muerte de su madre, asesinada junto a otros miles de judíos en Ucrania. De algún modo, queda la sensación de que trata de cumplir lo que le promete cuando volvió a la ciudad materna: ser la voz de ella para siempre.

Es cierto que Beevor y Grossman escribieron este libro. El segundo, mostrando con su afecto por la dignidad humana toda la grandeza y brutalidad que puede caracterizar nuestra actividad como especie; el primero, permitiéndonos conocer a un escritor que no vivió para escribir, sino que escribió lo que vivió.

El historiador eligió un orden cronológico para presentarnos los escritos encontrados. Así llegamos al "Dos de mayo, día de la capitulación de Berlín. Es difícil describirlo. Una monstruosa concentración de impresiones. Fuego e incendios, humo, humo, humo. Enormes multitudes de prisioneros (alemanes). Sus rostros son dramáticos. En muchas caras se lee la tristeza, no sólo el sufrimiento personal, sino también el de un ciudadano. Este día cubierto, frío y lluvioso, es indudablemente el día de la ruina de Alemania. Entre el humo, las ruinas, las llamas, entre cientos de cadáveres en las calles".

Finalmente, el escritor recorriendo el zoológico de la capital alemana, destruido por la batalla, recuerda: "Conversación con un anciano. Ha cuidado a los monos durante treinta y siete años. Contempla el cadáver de un gorila muerto en una jaula.

-¿Era un animal feroz? -le pregunto.

-No, sólo rugía mucho. La gente es mucho peor -responde".


Ficha:

"Un escritor en guerra: Vasili Grossman en el Ejército Rojo, 1941-1945".

Antony Beevor (editor)

A $ 21.500 en librerías Antártica.

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