Por Juan Pablo Garnham Abril 9, 2015

© Ricardo Cuevas

“Los observatorios deben asegurarse de financiar a  un equipo totalmente dedicado a la educación e invitar a la gente, sobre todo a los escolares. Ahí está la fórmula para asegurarse que el público conozca y entienda lo que hacemos”.

Fue antes de la televisión y de la radio. Fue antes de que conociera a presidentes, y que los presidentes lo conocieran a él. Fue antes de que fuera el director del planetario Hayden, en Nueva York, y antes de sus libros y sus videos de YouTube. Empezaban los años 90 y Neil deGrasse Tyson pasaba sus días en Cerro Tololo, mirando al cielo. "Fui muchísimas veces, al menos diez. Ahí obtuve datos para mi tesis y participé en muchas conferencias. Disfruté el vino, eso es lo que recuerdo más", dice riéndose este astrofísico de 56 años.

Desde entonces, no ha vuelto a Chile. "Todos eran muy amables. Siempre he querido volver a buscar más datos", recuerda, al teléfono, en conversación con Qué Pasa. Después vendría un posdoctorado en Princeton, su labor como director del planetario de Nueva York, decenas de columnas en diarios y revistas, premios y el programa de televisión científico NOVA ScienceNow y luego Cosmos. Su vida cambió y ya no hay tiempo para viajar a los observatorios, entre apariciones en televisión, miles de tuiteos, charlas, conferencias. Tanto así que prácticamente ha dejado de publicar estudios científicos. Ese costo, que le duele, tiene una ganancia que lo alegra: el ser uno de los más prominentes comunicadores científicos del mundo.

Lo último que lo tiene ocupado es un nuevo programa de televisión, Hablemos del cosmos, que NatGeo estrena el miércoles 22 de abril. La idea es ambiciosa. Luego del éxito de la serie Cosmos, que actualizó el programa original de Carl Sagan de los 80, Tyson decidió utilizar el modelo del talk show. "Yo ya tengo un podcast llamado Star Talk, donde tengo invitados muchas veces no científicos, sino de la cultura pop", explica el astrofísico, "entonces pensé que quizás esta fórmula diferente podría ser interesante. La idea es invitar a este tipo de personas  y tener una conversación sobre cómo la ciencia ha influenciado sus vidas".

Es así como, por ejemplo, invitó al ex presidente estadounidense Jimmy Carter, pero no hablaron de política, sino que conversaron de las pasiones más escondidas del ex mandatario. "Hablamos de sus primeros años de carrera, cuando enseñó astrofísica. Y del interés que tuvo recién salido de la universidad en la biología y cómo erradicar las enfermedades infecciosas del mundo", dice Tyson.

Entre otros invitados, la primera temporada contará con la presencia del actor George Takei, de Viaje a las estrellas; la creadora del Huffington Post, Arianna Huffington; el biólogo inglés Richard Dawkins; y el cineasta Christopher Nolan, director de la última saga de Batman y la cinta Interestelar.

Con Nolan justamente conversará de esa película, donde un científico crea un plan para transportar a la población del planeta Tierra hacia un nuevo mundo, a través de un agu jero de gusano. “Al respecto puedo decir esto: cualquier esfuerzo que se haga para recomenzar la civilización va a ser más trabajo que simplemente arreglar el problema en la Tierra”, comenta Tyson.

No es la primera vez que se refiere a la película, ni a películas en general. Sus videos en YouTube explicando el final de la misma cinta han superado el millón de visitas. Antes de eso, explicó los aciertos y errores de Gravedad, de Alfonso Cuarón, a través de una serie de tuiteos. Tampoco ha dejado de comentar temas donde la política y la ciencia se mezclan, como la evolución o el cambio climático, donde ha criticado al Partido Republicano y a quienes niegan este fenómeno. "Se ha dicho que cada gran verdad científica pasa por tres etapas: primero, la gente dice que no puede ser verdad; luego, que está en conflicto con la Biblia; y tercero, dicen que siempre fue verdad. La evidencia seguirá apareciendo. Vendrán más tormentas y pérdida de la costa", dijo el científico en una entrevista en MSNBC. "La gente va a comenzar a perder su dinero por esto y ahí cambiará su manera de pensar rápidamente, sobre todo en una cultura capitalista".

Porque a algo a lo que Tyson se ha acostumbrado es a aprovechar de manera creativa cada oportunidad para "vender" la ciencia y mostrar su relevancia en la vida diaria. Con más de 3,4 millones de seguidores en Twitter, constantemente está opinando y conversando con sus fanáticos. Se mueve con comodidad en programas matinales, en Reddit o en la popular feria Comic-Con, en San Diego, donde se presentan películas de fantasía, series de televisión y novelas gráficas. "Es una extraordinaria celebración del universo geek", ha dicho Tyson, quien en charlas con otros científicos los ha animado a abrazar la cultura pop. "Ustedes son todos astrónomos. Aprendar a bailar el moonwalk... Lo necesitarán un día", dijo en una charla de la Sociedad Americana de Astronomía.


EL PRECIO DE LA FAMA

No recuerda precisamente cuándo fue, pero en un momento se empezó a dar cuenta de que estaba comenzando a ser famoso. "Extraños me paraban en la calle, me reconocían. Inicialmente me decían: tú eres Tyson, cuéntame más sobre los agujeros negros. Pero cuando esto sucedía no era yo la celebridad, era el universo", dice. “La gente me veía como una forma de acercarse a éste”.

Ahora, sin embargo, es algo distinto. Luego del éxito del programa Cosmos, el científico definitivamente ha pasado a ser celebridad. "Cada día que salgo a la calle en Estados Unidos, alrededor de 300 personas me detienen para pedirme un autógrafo o tomarse una selfie”, dice el astrofísico, a quien todavía le parece raro esto. Dice que ahora se preocupa más por su imagen, se peina mejor su pelo rizado y cuida su ropa, porque nunca sabe dónde van a terminar sus fotos. O tampoco sabe dónde y cuándo alguien le saca fotos sin preguntarle, como le pasa en el metro de Nueva York.

“Uno pierde privacidad y eso no me gusta”, explica Tyson. “Pero creo que aquí hay un bien mayor al que hay que servir, asegurándose que la gente desarrolle un interés por la ciencia. Así que, a pesar de eso, no tengo remordimientos”.

A su vez, tampoco le pesa el tener que dedicar tanto tiempo a responder llamadas de los periodistas. Es algo que cree que hay que dedicarle esfuerzo. “Trato de preguntar quién es la audiencia, de qué largo será el segmento, a qué hora será emitido y trato de hacerlo lo mejor posible. Si voy a dedicar mi tiempo a hablarle a una audiencia, ¿por qué no aprender cómo hacerlo lo mejor que pueda?”, comenta el científico.

Algo que este científico tiene claro y totalmente integrado a su discurso en este sentido, es el uso de historias. Tyson no cesa de recordar anécdotas, ejemplos, pequeños cuentos, lo mismo que hizo tan bien en la primera temporada de Cosmos. Ahí, por ejemplo, relató cómo aprendió su pasión del mismo Carl Sagan, quien, cuando Tyson todavía no terminaba la escuela en el Bronx, lo invitó a pasar un día en la Universidad de Cornell, en la ciudad de Ithaca. Sagan le mostró la universidad y al final del día, al llevarlo a la estación de buses, le pasó su teléfono en caso de que la nieve no permitiera al bus partir. “Te puedes quedar con mi familia, si lo necesitas”, le dijo Sagan.

“Yo ya sabía que quería ser científico, pero esa tarde aprendí de Carl el tipo de persona que quería ser. La ciencia es una labor cooperativa, que cruza generaciones”, ha dicho Tyson. “Hasta el día de hoy me tomo en serio esta labor de responder a estudiantes que están interesados en hacer del universo su carrera”.

Esta actitud es la que cree que también deben tener los científicos encargados de los grandes proyectos astronómicos en Chile, como ALMA y el observatorio de Paranal. “Los observatorios deben asegurarse de tener fondos para financiar a  un equipo totalmente dedicado a la educación e invitar a la gente, sobre todo a los escolares”, comenta Tyson, “todos cuando pequeños tuvimos ese tipo de viajes y sabemos que los recordamos por mucho tiempo ya de adultos. Ahí está la fórmula para asegurarse que el público conozca y entienda lo que haces y, más todavía, sientan orgullo por eso”.

Y obviamente, también recomienda el aprovechar las redes sociales. Aunque para él, lo del éxito que tiene en Twitter no lo deja de sorprender. “A veces pienso que esto debe ser un error, que me deben haber seguido por accidente”, concluye Tyson. “Pero el hecho es que esto demuestra que existe un gigantesco apetito por la ciencia y eso hace que sea un agrado poder conversar con todos ustedes”.

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