Por Hugo Flores Córdova, desde Lima Marzo 22, 2018

“Sube, sube, PPK. Sube, sube, PPK” coreaban fuertemente los seguidores de Pedro Pablo Kuczynski, en junio de 2016, en el local de su partido ubicado en el distrito limeño de Miraflores. Se confirmaba la victoria del candidato en la segunda vuelta de las elecciones, algo que hacía sólo unos meses parecía impensado. Acompañado por sus dos vicepresidentes, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, PPK no desaprovechó la oportunidad para bailar frente a la multitud, algo que se volvió característico durante varias de sus presentaciones públicas a lo largo de su mandato. Más de veinte meses después la algarabía y el entusiasmo que envolvían a esta figura política se desvanecieron cuando esta semana renunció a la presidencia de Perú.

Lo sucedido entre fines del 2017 y marzo de este año podría servir perfectamente como materia prima para un capítulo de House of Cards. En diciembre PPK logró sobrevivir al pedido de vacancia impulsado por Fuerza Popular (el partido fujimorista liderado por Keiko Fujimori) en el Congreso debido a sus presuntos vínculos con la empresa Odebrecht. Esto se evitó, curiosamente, gracias a parlamentarios de esa misma agrupación, entre ellos el hijo del ex presidente Alberto Fujimori (Kenji), quienes abandonaron su bancada.

Uno de los frentes que más preocupan es la relación con el fujimorismo, ya que podría revitalizarse la agrupación que lidera la excandidata presidencial Keiko Fujimori.

Sin embargo, esta semana PPK decidió dejar la presidencia ad portas de afrontar un segundo proceso de vacancia. ¿El detonante? La difusión de videos en los que se ve a algunos congresistas de la disidencia del fujimorismo (entre ellos a Kenji) presuntamente negociando con un parlamentario fujimorista la posibilidad de que este último vote en contra de la vacancia a cambio de obras para su región. Incluso, en uno de los videos aparece el abogado de PPK. Como consecuencia de esta revelación, y sólo en cuestión de horas, varios congresistas que habían descartado apoyar la vacancia cambiaron de parecer. PPK, entonces, optó por la renuncia.

¿Qué le depara al país? La palabra incertidumbre es la que más resuena. Por un lado, la presunta negociación comprobaría —de una manera más cruda— la precariedad de los políticos locales. Esta situación no sólo afecta seriamente la imagen del Poder Ejecutivo y del Legislativo, sino que perjudica la ya menguada credibilidad de la clase política peruana.

La salida de PPK también tiene un impacto negativo sobre la gobernabilidad del país. Los escenarios ante esta situación son variados. En caso de que Martín Vizcarra, primer vicepresidente de Perú, decida quedarse como cabeza del gobierno, tendría una tarea política titánica por delante. No sólo porque debe reemplazar a una parte del gabinete, sino también porque no se sabe cuál será el comportamiento de la bancada oficialista a partir de esto. “Estamos ante una situación de incertidumbre con muchas preguntas que todavía no tienen respuesta. No está garantizado en ese sentido que Vizcarra acabe su mandato”, dice el politólogo Arturo Maldonado.

Luego del indulto humanitario concedido a Alberto Fujimori, y la polémica que esta decisión implicó, PPK perdió a tres congresistas que también eran importantes voceros. Algunos analistas señalan que el mandato de Vizcarra corre el riesgo de estar marcado por una muy baja representación en el Poder Legislativo. A ese desgaste y división se suma la facilidad con la que los parlamentarios peruanos dejan sus bancadas. “Dentro de la bancada oficialista, antes de la salida de PPK, ya había congresistas que criticaban a algunos ministros y se notaba que había fricciones con el Poder Ejecutivo. Por ello no es seguro que la bancada de Peruanos Por el Kambio sea la de Vizcarra. Eso genera que, en el corto plazo, él tenga que establecer alianzas para poder gobernar”, dice Maldonado.

“Tenemos una economía más débil que la que teníamos hace dos años. La situación del mercado laboral es bastante peor”, dice el economista peruano Diego Macera.

Uno de los frentes que más preocupan es la relación con el fujimorismo. Acá también el futuro es nebuloso. De hecho, la junta de portavoces del Congreso acordó iniciar el proceso para desaforar a los parlamentarios que salen en los videos. Ello podría restarle aliados al oficialismo en el Congreso y revitalizar nuevamente a la agrupación que lidera la excandidata presidencial fujimorista. ¿Este bloque parlamentario dejará gobernar a Vizcarra? Un ministro de Educación y un gabinete ministerial censurados por este Congreso con mayoría fujimorista dan cuenta de una tensa relación entre el Congreso y el Poder Ejecutivo. Para Maldonado, en el corto plazo, no habría conflictividad entre Vizcarra y Fuerza Popular. No obstante, a medida que el periodo de Vizcarra avance y se acerque el año 2021, la crítica al fujimorismo volvería a ser intensa debido a que esta agrupación necesita presentarse como una fuerza de oposición.

Desde el punto de vista económico, los pronósticos de crecimiento (que bordean el 3%) para este año ya habían incorporado de alguna manera la posibilidad de una renuncia o vacancia presidencial.

No obstante, existen varios retos en este campo. Para empezar, Vizcarra recibe una economía que crece a paso lento. De otro lado, el subempleo y el desempleo han avanzado en los últimos meses. Una medida que podría complicar la gestión es el aumento del salario mínimo, el cual fue aprobado unas horas antes de la renuncia de PPK. “Tenemos una economía más débil que la que teníamos hace dos años. La situación del mercado laboral es bastante peor. Lo mismo sucede con el déficit fiscal”, comenta el economista peruano Diego Macera.

Aunque en las redes y en las calles la posibilidad de nuevas elecciones era una alternativa que más de alguien reclamaba, al cierre de esta edición el vicepresidente Vizcarra, quien se desempeñaba como embajador en Canadá, señaló en un tweet que estaba “indignado por la situación actual”. El pronóstico del futuro político del país, por el momento, sigue siendo reservado.

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