Por Felipe Hurtado H. // Fotos: Agenciauno Enero 5, 2018

Decidirse a practicar triatlón no es un asunto que pasa de la noche a la mañana. Es un desafío mayor. Requiere de una potente determinación y una decisión a prueba de dudas.

Quienes se involucran en esta disciplina, que mezcla la natación, el ciclismo y el trote, cuyos inicios se remontan a competencias en Francia de hace un siglo, suelen venir de algunas de esas especialidades. “Un alto porcentaje de quienes se atreven a practicarlo provienen de alguno de los tres deportes. Quizás, un 10% llega de otras partes. Se trata de un gran desafío”, manifiesta Cristián Bustos, el triatleta chileno por antonomasia, junto a Bárbara Riveros.

“El triatlón es duro y muy técnico. Hay que adaptar los entrenamientos a cada persona”, asegura Cristián Bustos.

Quien resultara segundo en el Ironman de Hawái en 1992, la prueba más representativa de este deporte y que hoy se dedica a entrenar con su Team Bustos, hace un par de recomendaciones para cualquier entusiasta.

“Es muy importante realizarse un examen médico para ver en qué condiciones está el corazón; hacerse un electrocardiograma. Y lo segundo es inscribirse en un equipo, para recibir asesoría”, enfatiza.

Matías Brain, ex triatleta y en la actualidad a la cabeza del Brain Team, coincide. No lo dice por recibir más alumnos, sino porque optar por el triatlón requiere de una disciplina y orden que es más fácil mantener con un técnico al lado.

“Cada vez hay más gente que se está atreviendo a hacer triatlón. Al decidirse hay que ser consciente que se requiere de tiempo. El compromiso debe ser superfirme, porque hay que entrenar los tres deportes por igual, al menos dos veces por semana, por lo que estás ocupado casi todos los días practicando. Hacer todo eso solo es difícil. Se requiere disciplina, preparación y regularidad”, relata Brain, quien considera que se debe partir la preparación poniendo énfasis en el deporte en que se es más débil.

La presencia de un especialista también permite enfocar de manera adecuada el entrenamiento, distinto según cada individuo. “El triatlón es duro y muy técnico. Hay que adaptar los entrenamientos a cada persona, porque cada una tiene distintas cualidades. Algunos son mejores en el trote, porque vienen de ahí, otros en la bicicleta, y otros en la natación. Lo importante de la preparación es mejorar en los tres deportes, algo que requiere tiempo”, agrega Bustos.

¿De cuánto tiempo estamos hablando? “Puede ser un año, seis meses o tres. Todo depende de cada persona”, dice Bustos.

El triatlón tiene diferentes modalidades. Las más reconocidas son sprint, que incluye 750 metros de natación, 20 kilómetros de bicicleta y cinco de trote; la olímpica (1,5-20-10); la 70.3 o medio Ironman (1,9-90-21,1); y la 140.6 o Ironman (3,9-181-42,2).

La agenda veraniega local incluye una docena de pruebas, casi una por semana, destacando el Triatlón de Pucón, la parada nacional del calendario internacional a disputarse el 14 de enero. Si bien es en esta época cuando se acumula la mayor cantidad de pruebas, durante todo el año hay carreras para anotarse.

 

Natación y costos

¿Cuál es la disciplina más difícil de entrenar? A Cristián Bustos le llama la atención que, pese a ser este un país de mucha costa y lagos, el chileno no sepa nadar lo bien que se esperaría. “Pueden nadar 50, 100 metros en una piscina, pero eso no basta”, asegura.

De ahí que la natación habitualmente sea la disciplina que más dedicación requiere. Además, hay que preparar a los entusiastas para competir en el lago o el mar al lado de otros competidores, lo que convierte a esa etapa de la competencia (con la que se comienza, además) en un ejercicio que también incluye una visión estratégica.

Debido al tiempo que implica su preparación, la necesidad de un entrenador y los implementos que se requieren (trajes, calzado, bicicleta), el triatlón no es un deporte al alcance de cualquiera.

De ahí que el perfil de quienes se acercan a la disciplina sea de personas sobre los 30 años, “con el tema económico resuelto”, como dice Brain. “Hay que pagar técnico, inscripciones a competencias, que no son baratas, una buena bicicleta y, además, hay que tener tiempo”, subraya.

Bustos agrega: “La mayoría son hombres (75%), aunque cada vez más mujeres se van sumando”.

El triatlón es cosa seria. El nivel de compromiso y de dificultad lo hace ser así. No es para cualquiera, queda claro. Pero la recompensa va de la mano con ese esfuerzo.

 

La “carrera más linda del mundo”

El Triatlón de Pucón es parte del calendario de los Ironman. Se trata de un 70.3, lo que significa que las distancias de competencia son 1,9 kilómetros de nado, 90 de bicicleta y 21,1 de trote (las distancias suman 113 kilómetros, o 70,3 millas, de ahí su nombre).

Nacido hace 32 años como un proyecto en conjunto entre Rafael Quiroga, el mismo que organizó el primer evento de este tipo en el país, y el colombiano William Hatcher, entonces gerente de ventas del Hotel Pucón, que buscaba formas de promocionar la ciudad, la carrera es hoy una de las principales fechas del calendario deportivo del verano.

Este 14 de enero, “la carrera más linda del mundo”, nombre con el que, en los años 80, la bautizó el periodista C. J. Olivares, de la reconocida Triathlete Magazine, celebra una década como parte del calendario mundial, donde goza de un amplio nivel de reconocimiento.

“Sin duda que es la más importante del país, por su historia y su carácter internacional”, resume Matías Brain.

Cristián Bustos, cinco veces ganador en el balneario lacustre, asegura que: “La carrera ha crecido mucho desde que yo partí. Lo demuestran cosas como lo rápido que se agotan las inscripciones, que apenas duran una semanas”.

El triatleta comenta que desde el principio anticipó en lo que podría transformarse esta prueba. “Por todo lo que tiene, por las dificultades del circuito, por el escenario, que es espectacular. Le ayuda mucho haberse asociado al circuito internacional, porque eso permite que llegue gente de afuera hasta acá, buscando una nueva aventura”, sentencia.

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