Por Ceina Iberti Diciembre 1, 2017

Hace casi diez años la Fundación Reinaldo Solari y SIP Red de Colegios decidieron unir sus fuerzas para crear un nuevo tipo de organización en Chile: una corporación sin fines de lucro cuya misión fuera aprender de la excelencia en educación, y en base a lo aprendido transferir buenas prácticas pedagógicas y de gestión al resto del sistema escolar. Aptus nace a partir de esta alianza y desde su creación ha trabajado con más del 15% de los colegios en Chile. Rodrigo López, gerente general, explica las barreras para lograr la esquiva “educación de calidad” en nuestras escuelas.

—El concepto de educación de calidad ha sido tema de discusión en Chile en los últimos años, ¿cómo entienden ustedes la calidad?

—Creemos que un colegio de calidad forma personas libres y responsables. Libres porque sus circunstancias socioeconómicas o de otro tipo no determinan hasta dónde pueden llegar, sino que cuentan con las herramientas para determinar su propio futuro, incluyendo, si así lo desean, continuar sus estudios de educación superior en la carrera e institución que elijan. Responsables porque entienden que como sociedad vivimos en comunidad y debemos preocuparnos unos de otros.

—¿Cómo se puede aprender qué necesita hacer un colegio para educar con calidad?

—Si queremos aprender qué debiera hacer una escuela para obtener resultados sobresalientes, debemos mirar con atención justamente a quienes ya lo están logrando. Para muchos de los desafíos que enfrentamos en educación, alguien, en alguna parte, ya encontró una solución; simplemente tenemos que encontrar ese colegio y aprender de su trabajo. En Aptus buscamos permanentemente esos casos de colegios que están obteniendo estos resultados extraordinarios, tanto en Chile como en el extranjero, para poder aprender de ellos y compartir lo aprendido con otros.

—¿Qué han aprendido hasta ahora?

—Lo primero es que los aprendizajes de los alumnos dependen principalmente de la calidad del trabajo de los profesores y esto depende, a su vez, de la calidad del trabajo de los equipos directivos. Los colegios con buenos resultados cuentan con líderes que creen en sus alumnos, que tienen altas expectativas del trabajo de sus profesores y que se sienten personalmente responsables de que todos sus estudiantes aprendan. En la discusión pública hablamos mucho de la importancia de los profesores, sin embargo, los directivos son los grandes actores olvidados. Necesitamos reclutar y formar directivos de primer nivel y darles atribuciones para que puedan liderar sus escuelas.

—¿Qué priorizan los directivos de escuelas exitosas en su trabajo?

—Priorizan al menos tres focos: datos, cultura y desarrollo docente. En este tema hemos aprendido mucho de redes de colegios sobresalientes en sectores vulnerables de EE.UU., en particular de Uncommon Schools. Paul Bambrick-Santoyo, uno de los líderes de esta red, escribió el libro Las Palancas del Liderazgo Escolar (traducido y publicado por Aptus en español), donde explica que los directores efectivos utilizan sistemáticamente datos para identificar lo que no están aprendiendo los estudiantes para tomar acciones remediales a tiempo, son intensivos en construir una cultura escolar efectiva y dedican mucha de su energía a formar a sus profesores mediante procesos de observación y retroalimentación. En Aptus, buena parte de nuestros programas de formación y capacitaciones para directivos escolares se basan en estas prácticas.

—Una de las tareas de los directivos es formar a sus profesores. ¿Pueden realmente hacer esto los líderes escolares? ¿Qué necesitan saber para lograrlo?

—En base a lo que hemos visto en Chile y el extranjero, definitivamente pueden. Para lograrlo, lo primero que necesitan es el convencimiento de que es parte relevante de su rol y atreverse. Luego, necesitan aprender, por un lado, cómo observar y retroalimentar y, por otro, saber qué retroalimentar. Respecto a observar y retroalimentar, la clave está en crear un sistema de acompañamiento frecuente y focalizado que permita la mejora permanente de quienes están siendo acompañados. Sin embargo, el mayor desafío es saber en cada ocasión qué consejo dar a ese profesor. No basta con identificar un problema en una sala de clases, lo principal es poder dar un consejo concreto que permita la mejora. Para ello, insumos como las técnicas descritas por Doug Lemov en su libro Enseña como un Maestro 2.0 son un recurso invaluable.

• Programa de Formación de Líderes Instruccionales (PFLI)

Es un programa de Aptus basado en las palancas de Paul Bambrick-Santoyo y apoyado por la Fundación Emejota y Jotacé que recluta y forma a directivos de las principales redes de colegios en sectores vulnerables del país. Estas redes incluyen SIP Red de Colegios, Astoreca, Belén Educa, Nocedal, Protectora de la Infancia, San Vicente de Paul, CREE, Ayelén, Arzobispado de Santiago, además de miembros del equipo de Enseña Chile. Más detalles de este programa se incluyen en el suplemento Supérate, que circula junto a Qué Pasa.

 

• Las técnicas de Doug Lemov y Aptus

Doug Lemov es un experto norteamericano que se ha dedicado a sistematizar las técnicas de enseñanza que utilizan los profesores más efectivos en EE.UU., las cuales describe en su libro Enseña como un Maestro 2.0 (traducido y publicado por Aptus en español). Aptus y Lemov firmaron una alianza para difundir estas técnicas en Chile y Latinoamérica. Para conocer más de su trabajo, en elsuplemento Supérate hay una entrevista a Lemov.

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