Por Pulso // Foto; AFP Julio 31, 2017

Más militares que civiles en los centros de votación. Esa fue la dinámica que advirtió ayer la oposición en Venezuela en la jornada de elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del país petrolero, instancia que convocó el Presidente Nicolás Maduro y que finalmente definió al órgano que tendrá poderes ilimitados para reformar el Estado y cambiar el ordenamiento jurídico.

Sin bien fueron 7,5 millones de personas quienes pidieron a Maduro suspender la Constituyente en un plebiscito realizado el 16 de julio, al sufragio de ayer, en cambio, habrían llegado menos electores: la oposición calculaba que fueron a votar 2,5 millones de personas, lo que representa el 12% de los casi 19,5 millones de venezolanos inscritos en el padrón electoral. Sin embargo, desde el Gobierno manifestaron que hubo una “participación récord”, según el primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello. Desde el canal TV Venezuela adelantaban que el Gobierno anunciaría que fueron unas 6 millones de personas.

La baja convocatoria incluso habría hecho que el Consejo Nacional Electoral del país petrolero extendiera el horario de votación en una hora, según advirtió la oposición, aunque el oficialismo argumentó que se debía a que aún había gente esperando en las filas para votar. Así, el gobernador opositor Henrique Capriles resumió la jornada en dos palabras: “Abstención y represión”. Por su parte, el candidato a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, aseguró que hubo una “victoria constituyente” y que ”resuena el triunfo del pueblo chavista”.

La asamblea de 545 miembros elegida el domingo, regirá sobre el resto de poderes públicos para reescribir la Constitución y disolver instituciones como el Congreso -que no respalda a Maduro- y la Fiscalía -donde su jefa rompió relaciones con el Gobierno.

De acuerdo con información de agencias, la asamblea constituyente de Venezuela podrá levantar la barrera que le impide al gobierno de Nicolás Maduro emitir deuda o refinanciar compromisos internacionales sin el aval del Parlamento.

Aunque el Gobierno no ha adelantado sus planes concretos, analistas creen que este sería el beneficio económico más inmediato que le otorgará el nuevo cuerpo de 545 asambleístas a la administración socialista de Maduro.

Sin embargo, el éxito de esa estrategia dependería de la legitimidad que otorguen bancos, tenedores y gobiernos aliados a la polémica asamblea, elegida entre violentas protestas.

Además, al tener facultad para transformar el Estado, analistas sostienen que la asamblea constituyente dejará en suspenso las reglas de juego de la economía local, mientras redacta unas nuevas.

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