Por Carolina Sánchez Marzo 31, 2017

Margaret Heritage (67) no se detiene. Estuvo en Chile por cinco días, invitada por la Agencia de Calidad de la Educación, concentrada en exposiciones, almuerzos y reuniones. Cumplió con sus compromisos de forma cronometrada. Ni un segundo más, ni un segundo menos. Una cualidad que debe arrastrar desde su oficio: la medición. Fue en  el año 2016 cuando empezó a colaborar con el diseño del Marco de Referencia del Nuevo Sistema de Evaluaciones, con el fin de poder ampliar la mirada en la medición de calidad de la educación. Por eso visita clases, observa y entrega apreciaciones. Todo lo que ve y cree sobre las aulas chilenas.

“Las demandas de las personas son tan grandes, son tan ambiciosas, que no podemos enseñar para un mundo pasado, sino para el mundo que viene”.

Las salas de clases no son algo extraño para ella. Mucho antes de convertirse en una investigadora destacada, ella misma dirigía clases como profesora. Luego, estuvo a cargo de preparar a quienes seguirían ese camino en universidades como Stanford o UCLA —Universidad de California— , donde hoy es parte del Centro Nacional de Evaluación, Estándares y Pruebas Estudiantiles, dedicándose a la revisión de datos para el mejoramiento de las escuelas, la evaluación y el progreso del aprendizaje.

“Mi carrera siempre ha sido investigación y práctica. No creo que sin la experiencia de la sala de clases hubiese logrado todo el trabajo en educación. Incluso hoy escribo sobre él”, dijo el año 2013, justo después de lanzar un capítulo en el libro The SAGE Handbook of Research on Classroom Assessment, donde reúne evidencia sobre el aprendizaje de los niños en las salas de clases. Conocimientos que convencieron al gobierno de Bachelet de contar con su ayuda.

Opositora a las políticas educativas de Donald Trump, ha aplicado sus estudios en colegios, principalmente enfocados a hijos de inmigrantes sumergidos en la pobreza y vulneración de derechos. Esos estudiantes poseen los mayores riesgos de fallar académicamente. Sin embargo, a través de un programa integral —como soporte familiar, salud mental y trabajo de comunidad— ha logrado vencer las estadísticas.

 

***

 

Es jueves 23 de marzo. Con un traje de dos piezas azul marino y una blusa blanca, aparece por el barrio Lastarria. Justo en el momento en que su auto la recoge margaret-heritage-cropped httpwww  azed gov.jpgpara llevarla al aeropuerto. Terminó su almuerzo a las 3 p.m., por reloj. Antes expuso delante de 800 académicos, docentes y miembros del mundo educacional —como la ministra Delpiano— en el seminario “Más allá de las notas”, realizado en el Salón Fresno de la Universidad Católica. Lo hace por segunda vez, ya que hace un año también fue la invitada de honor.

Luego del almuerzo, sentada en un auto que la lleva al aeropuerto —al día siguiente dictará una última charla en Concepción, que contará con más de 450 asistentes—, está dispuesta a hablar de Chile, de sus desafíos y de los caminos que cree que debe recorrer el sistema educativo.

—Desde 2006 que existe en Chile un movimiento social que busca cambiar la educación. Las demandas han sido principalmente que sea pública, gratuita y de calidad. ¿Qué opina al respecto?

—Eso es muy bueno, pero para los países que tienen los recursos para ello. Cuando yo fui a la universidad en Inglaterra, esta era completamente gratis, pero cuando yo fui sólo iba el 50%. Pero ahora, debido a las demandas del trabajo y de la sociedad, el número de personas que tienen que ir a la universidad es mucho mayor. Incluso, ahora en Inglaterra tienen que pagar, pero no pagan tanto como en América. Muchas veces te puedes ir hasta con 200 mil dólares en deudas y no puedes pagar. Pero es muy poco realista que Chile avance hacia allá si es que es una sociedad que no tiene mucho dinero. Pero se tiene que encontrar un balance entre lo que es razonable y lo que no. Esa es una de las razones por las que Bernie Sanders fue tan popular con las personas jóvenes, porque él apoyaba que no hubiese pago por estudiar. Es una muy buena idea, pero poco realista.

—¿Qué fallas detecta en el sistema de educación chileno actual?

—Basada en lo que sé y en lo que he visto, creo que tienen profesores muy comprometidos, que realmente quieren hacer un buen trabajo y están haciendo lo mejor posible con el paradigma existente hasta ahora. Pero creo que es necesario invertir en desarrollo profesional de los profesores para que utilicen teorías contemporáneas de educación. Deberían ser más fuertes en promover aprendizajes del siglo XXI, por ejemplo, creatividad, resolución de problemas, responsabilidad, autoevaluación. No puedes aprender todo lo que necesitas en la escuela. Las demandas de la sociedad contemporánea en este mundo global requieren que estas habilidades sean desarrolladas y aprender cómo enseñarlas.

—Ese es un problema que acá no se ha resuelto.

—Para mí, Chile tiene que posicionarse como un sistema educacional donde haya estudiantes con habilidades básicas, pero eso no es suficiente. Uno de los desafíos que tienen es que hay clases con muchos estudiantes y he visto un muy buen manejo, pero la manera en que manejan las clases es constriñendo a los estudiantes. Entonces tienen que aprender a mantener esta estructura, pero dar mayor oportunidad de participación, responsabilidad en su propio aprendizaje, trabajo colaborativo. Tienen que hacerlos pensar.

—Dice que los profesores funcionan bajo un paradigma. ¿Cuál es ese paradigma?

—Es un paradigma donde siempre es el profesor quien habla. Es un paradigma donde todo el conocimiento está en el profesor. En una clase pueden hacer muchas preguntas, pero no son preguntas que apuntan a un conocimiento profundo. Es un tipo de enseñanza que no promueve la investigación, el pensamiento crítico. Y pienso que si Chile va a progresar en el mundo, económica y socialmente, y creo que es lo que está tratando de hacer, el sistema educacional tiene que cambiar, que sea enfocado en el estudiante y no en el profesor. Hasta ahora, lo que he visto, es que en Chile las clases se basan en el profesor. Y eso estuvo bien en los 90, pero las demandas de las personas son tan grandes, son tan ambiciosas, que no podemos enseñar para un mundo pasado, sino para el mundo que viene.

 

***

 

Agosto de 2016 no fue un mes cualquiera para el Instituto Nacional (IN). Fue el mes en que los resultados del Simce llegaron y, de manera histórica, les entregaron los peores puntajes obtenidos. En ese entonces, el presidente del centro de alumnos dijo que se trataba de un boicot por parte de ellos. Una manera de QUILPUE : Inicio de Año Escolar Educacion Basicaprotestar en contra de un sistema de medición que ellos no aprobaban, puesto que mantenía la lógica de competencia y aumentaba las brechas de desigualdad. A ese establecimiento se sumó otro emblemático, el Liceo José Victorino Lastarria, quienes por primera vez no figuraron en las listas de excelencia académica. Eso también había sido orquestado por los estudiantes.

Al respecto, la experta en educación, al contrario de los estudiantes, señala que un test no hace diferencias sociales o genera inequidades, sino otros factores.

—¿Cuáles son esos factores?

—En todas las partes del mundo la pobreza está relacionada con bajos resultados en los test tradicionales. Creo que si quieren equidad en sus resultados, hay que volcarse en la calidad de la escuela, de los profesores, el apoyo de los padres y apoderados. El test en sí mismo no tiene una inequidad, son los resultados los que muestran una inequidad.

—Chile tiene una reforma educacional en marcha. ¿Cuál debería ser el rumbo de esta reforma?

—Creo que está haciendo muchas cosas, como subir el sueldo de los profesores, porque hay que subir el reconocimiento hacia ellos. Darles tiempos para planificar es esencial también. Son dos cosas muy importantes que han hecho acá en Chile. Lo que creo que es un desafío por hacer es invertir en el desarrollo profesional de los profesores, que sea continuo, que los ayuden a ayudar, que vayan a un próximo nivel de enseñanza. Y eso no se hace de un día para otro.

—En el fondo, que los profesores nunca dejen de aprender.

—Claro, tienen que hacer un compromiso con las prioridades y apoyarlos. De acuerdo a los test que existen en EE.UU., hay muy poca gente que ingresa a la carrera de educación, o que la abandona porque no tienen suficiente apoyo profesional. Tienen esta idea antigua de que tú aprendes cómo enseñar en la universidad y después tienes que enseñar. Y no es así. Es algo mucho más complejo.

Relacionados