Por María José Tapia y Javier Rodríguez // Fotos:Marcelo Segura Febrero 10, 2017

Arturo Salah Cassani —67 años, sucesor de Sergio Jadue en la presidencia de la ANFP— dice que 2016 fue el año en el ANFP 11.jpgque menos fútbol vio. Algo que le debe doler a alguien que desde 1969, cuando debutó en Audax Italiano, ha tenido al deporte más popular del mundo como centro de su vida. Y la realidad del resto del directorio de la ANFP no ha sido muy distinta. Según uno de sus miembros, no han tenido tiempo para juntarse fuera de horario, salvo en una comida organizada por Andrés Fazio, su vicepresidente, y en el matrimonio de Juan Carlos Silva, uno de sus directores.

—Hemos cumplido un poco más de un año desde que asumimos. Nos dedicamos a apagar incendios de una ANFP desordenada. Pero dentro del panorama que nos planteamos es que al término de un año ya estaríamos en condiciones de empezar a construir. Por eso que estamos iniciando esta etapa —dice Salah, sentado en el salón de reuniones del directorio de la ANFP.

Con la nueva etapa se refiere a dejar de una vez por todas la gestión de Jadue atrás y potenciar el fútbol chileno a través de cinco focos específicos, con la idea de generar un modelo de negocios sustentable en el tiempo. Salah, junto a su directorio en pleno, presentan estos puntos con los que pretenden dejar atrás los escándalos y comenzar a escribir su propia historia. La idea, precisan, es tener un plan con visión a diez años, pero con cronograma a dos. Justo cuando deberían dejar Quilín.

Poropopo, poropopo

Quizás el más importante de los ejes definidos por la ANFP es el del desarrollo deportivo. Y si bien está centrado en el potenciamiento de las divisiones inferiores, hay un punto que se hace urgentemente actual.

Pese a la campaña para levantar la tarjeta verde cuando se entonan los himnos de las selecciones rivales en el Estadio Nacional y el círculo de honor (donde jugadores de ambos equipos y los árbitros se reúnen al final del partido en un abrazo fraterno, intentando dejar de lado las calenturas del momento), Chile sigue siendo el país con más sanciones a nivel mundial por gritos homofóbicos en el mundo. De hecho, la Roja no podrá jugar ninguno de los partidos que le quedan como local por las eliminatorias para Rusia 2018 en el Estadio Nacional por una sanción que se dictó en diciembre del año pasado.

“El fútbol joven es uno de los grandes focos de este directorio. El mercado chileno es muy pequeño como para traer grandes talentos. Vemos la experiencia de Portugal y Holanda, que generan sus propios jugadores”, dice Aldo Corradossi.

Por eso Salah ha liderado una solicitud desde la Conmebol para que la FIFA genere un protocolo sobre qué es sancionable y cuáles son los castigos, para saber cómo se castiga cada canto o insulto. Hace dos semanas, de hecho, hubo una cumbre de la FIFA donde la Conmebol y la Concacaf alineadas —las dos federaciones regionales americanas— presentaron la inquietud. Porque hoy las calificaciones las hace la ONG First Network, que se infiltra entre el público que asiste a los estadios y determina cuándo caen en estas conductas. Esa información falta y la federación quiere saber a qué atenerse en el futuro para combatir los gritos con más precisión.

—Hemos tratado de crear conciencia en la FIFA de que en Sudamérica tenemos gritos enraizados en la gente. No se trata de que los validemos: hemos hecho esfuerzos por cambiarlo. Pero no es fácil —explica Andrés Fazio, vicepresidente.

De todas formas, explican, el foco no estará en la selección mayor. Si bien el conjunto dirigido por Juan Antonio Pizzi enfrenta grandes desafíos en el corto plazo, como la Copa Confederaciones y, ojalá, el próximo Mundial, para Salah el futuro del fútbol chileno está en los juveniles.

—El fútbol joven es uno de los principales focos de este directorio. El mercado chileno es muy pequeño, no cuenta con flujos de dinero como para atraer grandes talentos. Vemos la experiencia de países como Portugal y Holanda, con poblaciones similares a las nuestras, son países que generan sus propios jugadores —dice Aldo Corradossi, director.

Y ahí están los cambios más tangibles que ha podido llevar a cabo la administración. En el último consejo de presidentes, del 5 de enero pasado, hubo una reunión de más de ocho horas donde los clubes dieron la venia para el cambio de estatutos en el torneo de cadetes.

—Antes, en los juveniles todo lo que se aprobaba era a mano alzada. Ahora hubo un trabajo previo de taller con los clubes para aprobar el nuevo torneo, ya que el anterior era poco competitivo —explica Salah.

En el torneo anterior, los equipos se dividían por regiones, con el fin de ahorrar en transporte y alojamiento de los jugadores. Así, por ejemplo, los clubes del sur jugaban entre ellos, lo mismo con los del norte. Sólo los mejor clasificados accedían a competir, por ejemplo, con Colo Colo o la U.

Ahora, aparte de un aumento de 500 millones de pesos anuales al presupuesto de juveniles —llegando a más de 2.000 millones de pesos —se jugará un torneo de transición entre los 37 equipos que tienen series inferiores para determinar una primera A y B, todos contra todos. Con tres descensos y ascensos anuales.

Además, se buscará una coordinación permanente con la selección adulta, donde las series tengan lineamientos técnicos comunes y no estén aisladas entre ellas. Con esto —y Pizzi está de acuerdo—se busca que los jóvenes se vayan empapando con la experiencia de los campeones de América. En esta línea, antes de viajar a la China Cup, la selección adulta jugó varios amistosos con la Sub-20 que luego participó en el Sudamericano de Ecuador y quedó eliminada en primera ronda, lo que, aunque fue calificado como un fracaso por parte de la dirigencia, el grupo seguirá al mando de Héctor Robles, su entrenador, buscando darle continuidad a su proceso.

El cambio no será sólo en la cancha. En el directorio del fútbol joven habrá un representante del directorio de la ANFP y, además, se creará un consejo de presidentes del fútbol joven que se reunirá trimestral o semestralmente, según se determine.

Desde el año pasado, Salah y compañía han fomentado el fútbol sala y playa, dos disciplinas que habían dejado de lado. Pero así como los juveniles son una de sus obsesiones, integrar a las mujeres es otra: además de darle fuelle a la liga que ya funciona y a la selección nacional, se agregará una selección sub-15, que no existía. También se incorporará a la zona norte al campeonato, ya que hoy sólo participan los del centro y los del sur. Y aparte de un interés económico en desarrollar la actividad, también hay una obligación: con los nuevos estatutos de la Conmebol, desde 2019 todos los equipos que quieran participar en la Libertadores o Sudamericana deberán contar por obligación con una rama de fútbol femenino.

—Chile ya tiene una liga que nos interesa desarrollar, de tal manera que las jugadoras tengan las condiciones básicas para desempeñarse: seguros de salud, transporte… Si bien el mercado no está para pagarles un sueldo, que al menos no tengan que ellas gastar su propio dinero —explica Sebastián Moreno, secretario general.

La familia al estadio

A principios de diciembre de 2015, Colo Colo se coronó campeón sin salir a la cancha. Pero ni la derrota de Universidad Católica contra Audax en La Florida —que les dio inmediatamente el título—logró hacer olvidar las postales barbáricas que se vieron ese día en el Estadio Elías Figueroa de Valparaíso. Una batalla campal entre la Garra Blanca y los Panzers que confirmó lo que muchos temían: la violencia ya estaba instalada en el fútbol chileno.

—Llegamos con esa imagen. Ese partido ni se jugó. Y, al cabo de un año, hemos logrado mejorar: más de un 90% de los partidos se han desarrollado sin inconvenientes ni suspensiones. Y la cantidad de público que va al estadio ha aumentado considerablemente —dice Hugo Muñoz, director.

Según cifras que entrega la ANFP entre el Clausura 2015-2016 y el Apertura 2016-2017 hubo un alza de un 37,9% de público en los estadios de primera división, con un promedio de 7.103 personas, la más alta en 14 años, desde el Apertura 2002, con 7.674.

—Una de nuestras máximas es que la familia vuelva al estadio, y lo lograremos sólo asegurando un buen espectáculo, buena comida, buena ubicación y con un torneo atractivo —explica Muñoz.

De hecho, la semana pasada parte del equipo consultor contratado por la ANFP —Matrix— viajó a México a ver cómo funciona el torneo local. Esto porque, aseguran, el país tiene una cultura similar a la chilena y aunque día a día ocurren hechos de violencia, el estadio es un lugar sagrado.

—Venden cerveza, juegan a estadio lleno y no pasa nada. La idea es hacer más accesibles los estadios. Hoy muchas veces no es fácil ir al fútbol y, a veces, la experiencia tampoco es agradable. Estamos evaluando cómo subir el estándar —agrega Gaspar Goycoolea, director.

Ese no fue el único viaje. Mientras Chile disputaba la China Cup, parte del directorio hizo una gira de negocios en el mismo país para ver oportunidades de desarrollo. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, los felicitó al enterarse.

Salah, como acostumbra, pone la pelota contra el piso y enfría el partido.

—Queremos lograr estabilidad. No puede ser que todos los años discutamos el sistema de campeonato. La programación también varía demasiado —dice.

Los pasos ahora son generar, tal como se hizo con el fútbol joven, talleres con los clubes para buscar el mejor torneo posible.

La gallina de los huevos de oro

El año pasado, la FIFA anunció que su sistema de concesión de licencias a los clubes será universal para fines de este año. ¿Qué significa esto? Que ahora los equipos asociados deberán cumplir con una serie de requisitos para ser considerados por la federación internacional y, por ende, para participar en los torneos de sus distintas confederaciones. Entre los requisitos que enumera la FIFA están: la promoción del juego limpio y el desarrollo de juveniles; estadios seguros y cómodos, además de instalaciones para prensa y aficionados; entrenadores y médicos cualificados; acatar las normas internacionales y tener una propiedad transparente; y cuestiones económicas, como auditorías financieras periódicas e independientes del club.

Según cifras de la ANFP, entre el Clausura 2015-2016 y el Apertura 2016-2017 hubo un alza de un 37,9% de público en los partidos de primera división, con un promedio de 7.103 personas, la más alto desde el Apertura 2002.

La administración de Salah, en orden a seguir homologando los requisitos internacionales, ve en esto una oportunidad para seguir desarrollando el producto y, también, como una ayuda: así podrán obligar a los clubes a ordenarse y mantener las cuentas claras.

El otro factor clave a la hora de pensar en el desarrollo del fútbol de oro, es su mayor fuente de financiamiento: el Canal del Fútbol.

—El CDF llama mucho la atención. La difusión del fútbol chileno se ha incrementado y hoy existe mucho interés por hacerse de sus derechos. Junto a Jorge Claro (dueño del 20% de la estación) estamos abiertos a explorar ofertas —dice Corradossi quien, además de reconocer entre los interesados a gigantes mundiales como ESPN, FOX y Bein Sports, suma una segunda capa de interesados, la mayoría fondos de inversión. Pero él mismo asegura que, aparte de la maximización de las ganancias, se busca un producto de buena calidad. Por eso los canales deportivos tendrían ventaja.

La idea es ceder los derechos de televisación a un tercero por un tiempo determinado, que tendrá que hacer pagos anuales y mensuales a los clubes. Porque desde la ANFP son conscientes de que, si les pasan toda la plata a comienzos de año, en pocos meses la tendrán gastada. Sobre el 20% de Claro no hay claridad: si se traspasa al nuevo operador o a la ANFP dependerá de la propuesta del comprador.

—Parte de nuestro interés está en tratar con el nuevo operador no sólo respecto al fútbol de primera división, sino también buscar la forma para que los demás productos puedan ser explotados y, si no, queden liberados para ser utilizados en otras plataformas —explica Corradossi.

El proceso, que ha demorado, debería estar listo el segundo semestre.

Fútbol transparente

Los temas del fútbol, son del fútbol. En ese viejo dicho se ampararon antiguos dirigentes para mantener a la justicia fuera de sus desórdenes contables, sobre todo en los 90. Ese blindaje es el que buscan terminar de destruir Salah y compañía.

—Cuando llegamos, la ANFP estaba en la UTI. La ex ministra de Justicia nos dijo que nos iba a cancelar la personalidad jurídica. Y ahí nos comprometimos a una política de puertas abiertas —dice Juan Carlos Silva, director.

En esa línea hicieron, por primera vez, una reunión del consejo ordinario abierta a la prensa, se presentaron las querellas contra los responsables del descalabro de Jadue y se pidió la auditoría a Deloitte. Pero las medidas ahí no terminan.

Además de estar creando un reglamento interno para regular las contrataciones en la ANFP, se realizó un convenio con el Consejo para la Transparencia, con quienes se reúnen cada 15 días, para mejorar la relación con los clubes, además de fomentar la transparencia activa de la federación.

¿Y la reelección? Aunque dicen no haber pensado en ella, de todas formas hacen el análisis.

—Las medidas que hemos ido tomando pueden ser ingratas, impopulares. Decidimos darle un giro al modelo, que si bien ha sido difícil, ya da sus frutos: en diciembre pasado todos los clubes estaban con sus sueldos al día —dice Corradossi.

Y si bien la ANFP busca dar vuelta la página, será difícil olvidar el paso de Sergio Jadue por la ANFP. Y no descartan nuevas querellas.

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