Por Qué Pasa Febrero 11, 2016

TOPSHOT - US Democratic presidential candidate Bernie Sanders gestures during a primary night rally in Concord, New Hampshire, on February 9, 2016. Political novice Donald Trump and self-described democratic socialist Bernie Sanders won New Hampshire's presidential primaries Tuesday, US media projected, turning the American political establishment on its head early in the long nominations battle. / AFP / JEWEL SAMAD TOPSHOTS-TOPSHOT-US-VOTE-DEMOCRAT-SANDERS1.- Outsider's victory

El establishment norteamericano está golpeado. Los partidos tradicionales, el Demócrata y el Republicano, han encendido todas las alertas ante lo ocurrido en el inicio de las primarias de la larga carrera hacia la designación de los candidatos de lado y lado para la Casa Blanca. Aunque se sabía que New Hampshire era una zona de indecisos, dado el gran porcentaje de independientes (40%), los holgados triunfos de Bernie Sanders (60,3% frente a un 38% de Hillary Clinton) y Donald Trump (35,3% frente a su más cercano competidor el gobernador de Ohio, John Kasic con un 15,8%) han instalado el nerviosismo.

Los resultados muestran a una ciudadanía descontenta y alejada de la clase política tradicional, lo que aumenta la competencia en las internas de ambos partidos. La esperanza de la clase política era que los electores optarían por candidatos con mayor experiencia por sobre la estridencia de Trump o el discurso socialista de Sanders. La campaña poco convencional de ambos, aunque más la de Trump, se ve fortalecida porque demuestra que su discurso divisor logra traducirse en respaldo público. Lo de Sanders tiene que ver más con un reencantamiento de los jóvenes, votantes liberales y sectores más populares que con el conservadurismo xenófobo de Trump.

La próxima parada es el Súper Martes, el próximo 1 de marzo, cuando 14 Estados realicen primarias simultáneas, donde los seguidores de Clinton esperan que disminuya la base de apoyo de Sanders pues saldrá un poco más lejos de su región, mientras que los republicanos apuestan por recuperar el respaldo a figuras más tradicionales como el senador Marcos Rubio, su apuesta para hacer frente al torbellino Trump.

2.- Riquelme, inamovible

Cristián Riquelme es el administrador del Palacio de La Moneda. Un cargo sin estridencias y del que habitualmente poco se sabe. De hecho, históricamente, los focos nunca estuvieron concentrados en esa figura, de corte más bien administrativo que político. Esta vez, Riquelme se ha convertido en el personaje del verano. Sus actuaciones siguen en el ojo del huracán: aunque sus vínculos con el operador UDI Juan Díaz, a quien recibió en La Moneda en el momento más álgido del caso Caval y donde éste le pidió intermediar para conseguir el pago de una deuda de Natalia Compagnon, nuera de la presidenta Bachelet, no han sido suficientes para generar su salida, como han pedido incansablemente diputados de oficialismo y oposición, sin distinción. Sin mencionar que fue el que autorizó el formateo del computador de Sebastián Dávalos. En ambas actuaciones desde La Moneda han dicho que no hay razones para iniciar un sumario administrativo y que no procede su salida. Osvaldo Andrade señaló en Qué Pasa que la única forma de salir de la crisis política provocada por Caval es desvinculando a Riquelme.

Esta semana colmó la paciencia del ministro del Interior, Jorge Burgos, al mantener en secreto varios contenidos de su declaración de patrimonio e intereses, acogiéndose a una prerrogativa legal, justo cuando el gobierno da señales de transparencia en contrario más de allá de lo legal. El artillar de Burgos lo obligó a reaccionar y hacer pública su declaración íntegra. Se ha convertido en una figura polémica, en un problema insalvable. Habrá que ver si el regreso de las vacaciones, en unas semanas más, le da salida a este problema dentro del palacio de gobierno.

3.- Longueira divide

El respaldo cerrado de dirigentes de alto nivel de la UDI al ex ministro y ex candidato presidencial del partido, Pablo Longueira, no ha dejado indiferente a nadie. Tras conocerse los correos electrónicos y el nivel de influencia del ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, gracias a la puerta que le abría Longueira, ha generado repudio transversal, pero ahora instaló un problema en el recientemente estrenado Chile Vamos. El primero fue el dirigente de Evópoli Felipe Kast quien sugirió que Longueira podría congelar su militancia mientras dura la investigación. Pero desde los socios estratégicos e históricos de la UDI se desataron las críticas más fuertes: si bien el primero en disparar fue el senador Manuel José Ossandón, en RN no lo dejaron solo. Cuando el presidente del partido, Cristián Monckeberg también jaló el gatilló, la cosa se puso seria.

"Respecto a las faltas a la probidad, la justicia está actuando, pero políticamente debemos reconocer las ilegalidades, no barrer debajo de la alfombra, en definitiva debemos hacernos cargo y luego recuperar la confianza de la ciudadanía", dijo Monckeberg. Este jueves una declaración de las directivas regionales de todo el país hicieron pública una declaración respaldando esta postura de discrepancia con sus socios. El caso Longueira es la primera gran fisura de la nueva coalición opositora.

4.- Camarín quebrado

La relación entre el presidente de Bolivia Evo Morales y su opositor, el ex presidente y hoy vocero de la demanda marítima boliviana ante La Haya, Carlos Mesa, no pasa por el mejor momento. Esta semana el ex mandatario fue marginado de una serie de reuniones de los equipos jurídicos nacionales y extranjeros que se han llevado a cabo en La Paz y que son claves para definir la estrategia que seguirá el país altiplánico de cara a la presentación de la contramemoria que Chile debe presentar a más tardar el próximo 25 de julio. Este hecho no es casual. Se suma a una serie de impasses que han tenido Morales y Mesa, luego de que este último afirmara que el actual gobierno le debe muchas cosas al ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada, quien está siendo investigado por desvíos de fondos públicos.

Dichas palabras no cayeron bien en el oficialismo. La polémica continuó cuando Mesa le respondió a Morales diciéndole que él tenía pensamiento propio y no es títere de nadie como lo acusaron desde Palacio Quemado. Esta es la primera vez que el vocero de la demanda no participa de estos encuentros y develan las primeras fisuras en el equipo boliviano que hasta este jueves siguen siendo el principal tema de debate en los diarios de La Paz. ¿El tema de fondo? Evo Morales busca una nueva reelección e incluso una reelección indefinida para afianzarse en el poder, algo que Mesa ya advirtió el año pasado. Aunque, en ese momento, la polémica no escaló como hoy.

5.- Combos iban, combos venían

GAMLa polémica en el GAM está que arde. Luego de la entrevista a Alejandra Wood publicada por Qué Pasa, donde alegaba un ninguneo al trabajo hecho por su equipo durante los seis años que estuvo en la dirección ejecutiva del centro cultural, las respuestas no se hicieron esperar. Fue el mismo ministro de Cultura, Ernesto Ottone, quien dijo que en 2015 el GAM sólo había logrado levantar 650 mil pesos de privados y que, además, los grupos que se juntaban a bailar afuera del recinto correspondían a "audiencias espontáneas".

Javier Ibacache, ex director de programación, lo acusó de desinformado, debido a que habían hecho un trabajo sostenido para atraer a los jóvenes que se juntan a bailar K-Pop o samba en los patios del recinto. Y aquí no acaba: en sus cuentas de facebook los ex ministros de la cartera, Cruz-Coke y Baratinni mostraron su desacuerdo con la estrategia adoptada por Ottone. La pelea, recién comienza.

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