Por Cecilia González Noviembre 12, 2015

11 de Noviembre de 2015/SANTIAGO El Tricel Central de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile presenta a Camila Rojas como presidenta de la nueva Mesa Directiva de la FECH 2016. FOTO:VICTOR PEREZ/AGENCIAUNO

Antes de que comenzara la conferencia de prensa en que el Tricel de la Universidad de Chile ratificó a la nueva mesa de la Federación de Estudiantes de esa casa de estudios (FECh), uno de los encargados sacó de la mesa dispuesta para que los representantes recién elegidos se presentaran, la tarima donde los periodistas habían puesto sus micrófonos. “Es que sino la Camila no se va a ver”, dijo.

Efectivamente, Camila Rojas es de baja estatura y los micrófonos, aún sin tarima, la tapan. Pero su voz llena toda la sala.

“Sabemos que el próximo año tenemos grandes desafíos para la federación y el movimiento estudiantil, creemos que el 2016 es un año clave, un año en que se va a discutir la reforma a la educación superior y donde creemos que es fundamental que el movimiento estudiantil se ponga a la ofensiva para disputar la reforma. Queremos una reforma, pero queremos que sea una reforma en nuestros términos”, dice para abrir su discurso.

Con menos del 10% del total de los votos, Camila Rojas Valderrama (24) fue elegida hoy como la nueva presidenta de la FECh. El próximo 26 de octubre será la quinta mujer en la historia de la Federación en asumir el cargo y es la continuidad directa de la actual presidenta del organismo, Valentina Saavedra, a quien conoció a fines de 2011 cuando se volvió parte de la Izquierda Autónoma (IA), movimiento en el que ambas militan.

Nació en 1991 en San Antonio. Entró a la Universidad de Chile el año 2009, cuando se matriculó en la Escuela de Administración Pública y aunque ya egresó de pre grado, hoy está realizando un Magíster en Gestión y Políticas Públicas.

Estudió en el colegio Nuestra Señora de Pompeya, un establecimiento educacional particular subvencionado de su ciudad natal y siempre cuenta que fue la primera estudiante en muchas generaciones en entrar a la Universidad de Chile. Se define como una estudiante normal, que se tuvo que endeudar para pagar su carrera y que se ha movilizado por la gratuidad desde el principio.

“Es una persona humilde, de convicciones profundas, tremendamente luchadora, feminista. Cuenta con todo mi respaldo”, afirma el diputado Gabriel Boric luego de celebrar la continuidad de su movimiento a la cabeza de la federación.


 La escuela de Asuntos Públicos


Quienes la conocen dicen que se formó al calor de la movilización permanente del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), entidad de la que depende su carrera y que tiene muchos problemas. Ahí fue consejera FECh y delegada del Centro de Estudiantes de su escuela.

Quienes conocen a Camila dicen que se formó al calor de la movilización permanente del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), entidad de la que depende su carrera y que tiene muchos problemas.

Desde su creación en 2001, el INAP no ha tenido una sede propia para impartir clases, situación que se agravó en 2010 cuando el Palacio Matte, lugar donde se había instalado el instituto, quedó inutilizable después del terremoto. Desde aquel entonces, el INAP ha pasado por cuatro instalaciones distintas en cinco años, lo que ha llevado a sus estudiantes a protestar año tras año.

El punto más álgido de las movilizaciones ocurrió en 2013, cuando Andrés Fielbaum, presidente de la FECh en aquel entonces, denunció al director del INAP, Eduardo Dockendorff, por presuntas irregularidades en la administración del instituto. Al año siguiente el ex ministro dejó el cargo. En todas estas arremetidas, Rojas acompañó y secundó a Fielbaum.

En 2014 fue elegida como una de las siete estudiantes para representar al estamento en el Senado Universitario, el órgano colegiado encargado de ejercer la función normativa de la Chile.

Desde ese cargo, además de los temas relativos al INAP, su principal prioridad ha sido promover la equidad de género. Rojas también es militante del núcleo feminista de la Izquierda Autónoma.


Empatía y diálogo


"Perseverante, busquilla y de una simpatía particular". Así la describen varios militantes de la IA.

“Tiene una habilidad muy especial para convencer a la comunidad. Ha hecho un trabajo fuertísimo con los funcionarios de la universidad y tiene una relación de construcción muy cercana con los profesores”, comenta Ximena Peralta, militante de la IA recién elegida presidenta del Centro de Alumnos de Derecho.

“Es una persona humilde, de convicciones profundas, tremendamente luchadora, feminista. Cuenta con todo mi respaldo”, afirma el diputado Gabriel Boric

Valentina Saavedra, la presidenta de la FECh está de acuerdo. “Cuando uno es dirigente siempre se generan roces con otras autoridades, pero a la Camila todos la quieren. Su empatía le sirve para generar espacios de participación estudiantil que le permiten ser conocida transversalmente dentro de la universidad, porque ha trabajado con distintos tipos de estudiantes”, asegura.

Es por estas cualidades que algunos consideran que jugó un rol en la movilización de la universidad el pasado mes de mayo, cuando la Casa Central de la institución estuvo tomada por cincuenta días a modo de protesta por la manera en que el gobierno estaba manejando la reforma educacional. Además de liderar las discusiones en la toma, como representante del Senado, Rojas fue uno de los dirigentes que se sentó a negociar con el rector Ennio Vivaldi y fue parte de la comisión que organizó el Cónclave Universitario que se formó como consecuencia de las protestas.

“Ha sido una canalizadora muchas veces de los compromisos, de la tareas y de las propuestas que ha generado los estudiantes”, agrega Saavedra.

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