Por Romina Cannoni Marzo 11, 2015

Casa Costanera, el nuevo mall que abrirá sus puertas en Vitacura, destinado a marcas premium;  el Distrito de Lujo de Parque Arauco, que cuenta con marcas como Burberry, Carolina Herrera y Salvatore Ferragamo; la Asociación de Marcas de Lujo, que agrupa a 28 firmas destinadas al segmento de alto poder adquisitivo; todos ellos son parte del síntoma de un mercado que goza de buena salud y que seguirá creciendo. Y el sector automotor es parte de esta tendencia.

Pero no siempre fue así. Recién hace apenas una década, a las marcas premium existentes, como BMW, Mercedes-Benz y Audi, comenzaron a sumarse las boutique. Primero fueron los Ferrari, luego los Rolls-Royce, los Aston Martin y los McLaren, que tímidamente comenzaron a circular por Santiago. Y este año, la tendencia se consolida definitivamente con la llegada de dos marcas icónicas: Lamborghini y Bentley.

Lo cierto es que el mercado del lujo no ha hecho más que crecer de forma constante -y en todos los ámbitos-, ya sea tratándose de departamentos, ropa, relojes, electrónica y autos, desde luego. Las cifras lo muestran. En los últimos cinco años, las ventas de automóviles con valores sobre los $ 100 millones han crecido casi un 700%, y si bien no existen números oficiales, se estima que en 2014  un centenar de estos vehículos fueron adquiridos en el mercado local.

No por nada, en el sector se dice que Chile se ha convertido en el pequeño Dubái de Sudamérica, gracias a su estabilidad política y económica, así como sus bajos aranceles, factores todos que han llamado la atención de estas exclusivas marcas. El país no sólo tiene el potencial de crecer, sino que de ser la plataforma perfecta para llegar al resto de la región, a pesar de las trabas, principalmente, que tienen los países vecinos en lo que a sus mayores impuestos aduaneros se refiere.


¿MERCADO PARA TODOS?

Cuando Rolls-Royce llegó a Chile, hace tres años, pocos apostaban a que la marca inglesa tendría éxito. Quienes así lo auguraban señalaban sus modelos ostentosos y su alto valor, el más barato en torno a los US$ 400 mil. Pero lo cierto es que la marca encontró un más que interesante mercado, tanto así que el año pasado Rolls-Royce Chile fue galardonado por la casa matriz como el mejor importador de la región, superando incluso a países como México y Brasil. A todas luces, el comprador de altos ingresos ha dejado atrás la austeridad de antaño.

Pero los Rolls no son los únicos. Según cifras de la Asociación Nacional Automotriz, marcas como Ferrari, cuyos modelos parten en los US$ 250 mil, durante el 2014 vendieron 15 unidades, mientras que Aston Martin llegó a las siete, con modelos que superan en su mayoría los US$ 300 mil. Y si a eso se suma la llegada, el año pasado, de la superdeportiva inglesa McLaren -con modelos con precios superiores a los US$ 300 mil- perfectamente se podría pensar que ya no hay más cabida. Pero según los representantes de este segmento más bien ocurre lo contrario, incluso con la inminente llegada de Lamborghini y Bentley. Así, Chile se posiciona como el país de Sudamérica con la mayor cantidad de marcas de superlujo disponibles en el mercado automotor, poniéndole presión a las nuevas integrantes.


1. Bentley Continental GT V8
2. Rolls-Royce Ghost
3. Maserati Ghibli
4. Ferrari California T
5. Aston Martin Vantage S

 

OFERTA COMPLETA
Era cosa de tiempo para que Porsche Holding se hiciera de la representación de las marcas Lamborghini y Bentley. Y si bien en algún momento Quantum Group, representantes de las exclusivas Aston Martin, McLaren, Lotus, entre otras, estuvo en la negociación para traer una de ellas, finalmente la matriz se decidió por el grupo austríaco, que ya maneja en Chile otras marcas del grupo alemán, como Audi, Skoda y Volkswagen.

Así, Lamborghini y Bentley estarán disponible en las próximas semanas en un exclusivo local ubicado en la comuna de Vitacura, en el sector de Nueva Costanera. Aunque las dos marcas estarán juntas, si el desarrollo amerita separarlas para que cada una tenga su propio espacio, no se dudará y se hará. Eso sí, antes deberán cumplir al menos con la primera meta, que es comercializar 10 autos anuales de cada una, y para eso está el creciente público de gama alta del país. Al menos esa es la idea.

Bentley es la marca de lujo del Grupo Volkswagen y su oferta le permite competir con algunos modelos de Porsche, Aston Martin y Rolls-Royce. La gama está compuesta por los modelos de entrada Continental GT y Continental GTC, en versión coupé y descapotable, respectivamente. Ello con medidas que superan los 4,8 metros y con motores que van desde los 507 caballos de potencia, para el motor V8 biturbo de 4,0 litros, hasta los 625 de las versiones deportivas Speed. Por encima se encuentran los sedanes Flying Spur y Mulsanne. El primero mide 5,3 metros de longitud y posee un motor V12 de 625 caballos de fuerza, mientras que el Mulsanne tiene un V8 con potencias que fluctúan entre los 513 y 537 caballos de potencia.

Por su parte, el modelo de entrada de Lamborghini es el nuevo Huracán, reemplazante del icónico Gallardo. El superdeportivo equipa un motor V10 de 5,2 litros, con un rendimiento de 610 caballos de potencia, asociado a una transmisión de doble embrague y tracción total, con lo que alcanza impresionantes cifras de aceleración: de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos. Como tope de gama está el Aventador LP700-4, en carrocería coupé y descapotable, el que con un motor V12 de 6,5 litros alcanza los 700 caballos de potencia, una velocidad máxima de 350 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos.

En ambas marcas los precios de entrada parten en los US$ 300 mil y pueden llegar sin problema a los US$ 450 mil, como es el caso del Lamborghini Aventador, eso sin contar los opcionales, que en la mayoría de los casos pueden aumentar la factura en no menos de 10%.

De esta manera, con ocho marcas de lujo en el sector automotor -Aston Martin, Bentley, Caterham, Ferrari, Lamborghini, Lotus, McLaren y Rolls-Royce-, sin contar con los modelos respectivos de marcas como Mercedes-Benz, Maserati, Porsche y BMW, el segmento de superlujo sigue desarrollándose en el país, convirtiéndose en el paraíso para quienes gustan y disfrutan de estos verdaderos juguetes de cuatro ruedas.

Especial Autos

 

Sofisticados diseños, potentes motores y un gran arsenal tecnológico para hacer frente a sus rivales son las características de  estas bestias de metal. Presentadas en la última edición del EICMA, el salón de motos más importante del orbe, arribarán al mercado nacional con valores que superarán los $ 10 millones. 

 

 

Especial Autos

 

 

Atrás quedaron las sonrisas de 2013, cuando en el mercado local se vendieron 378 mil autos, una cifra récord que hacía ilusionar a la industria. Sin embargo, el complejo escenario internacional y las reformas anunciadas por el gobierno, especialmente la tributaria y el llamado impuesto verde a los autos, fueron temas que no dejaron indiferentes a  los ejecutivos, quienes durante el año pasado vieron cómo sus ventas caían un 10%. El panorama para este año no es auspicioso y todo indica que, por segundo año consecutivo, las compras seguirán cayendo.

De hecho, la Asociación Nacional Automotriz de Chile proyecta una disminución de 18,5%, lo que equivale a 275 mil vehículos vendidos, cifra similar a la de 2010. Esta baja afecta mayormente a los vehículos de entrada -aquellos que se ubican entre los $ 3,9 millones a $ 7 millones-. Se trata del segmento de mayores ventas y su público principal es la clase media, la cual suele posponer sus decisiones de compra cuando la situación económica es incierta.

No es primera vez que la industria se enfrenta a un escenario de contracción. La experiencia vivida en 2008 y 2012 dejó lecciones. “El costo de una crisis no es vender pocos autos, el problema se da cuando uno se ve enfrentado a una caída con un stock importante. Las estructuras pueden aguantar no vender, pero el problema son los inventarios, que son caros de mantener”, explica Ben Díaz, gerente general de Audi Chile.

TRES CAMINOS
Las marcas han delineado tres vías para enfrentar la situación. Así, por ejemplo, hay quienes analizan cerrar algunos puntos de ventas, con la idea de maximizar la eficiencia de sus locales y evitar la canibalización de éstos en un momento en el que las ventas escasean. Otros creen que es crucial no tomar decisiones cortoplacistas. “Así como en tiempos de vacas gordas no hay que sobreinvertir, en épocas difíciles tampoco hay que bajar la inversión”, señala Rodrigo de la Torre, gerente general de Kia. “En este período, además, resulta fundamental el trabajo con los concesionarios, pues la relación con los clientes y futuros clientes puede llegar a marcar la diferencia para los años venideros”, agrega. El gerente comercial de Chrysler, Hernán Miñano, concuerda con que el foco debe estar en los clientes. “La fidelización y cercanía con ellos para entregar no sólo el mejor producto, sino también el mejor servicio de posventa, son claves en la construcción de marca y para afrontar malas rachas”.

Al fortalecimiento de la red de concesionarios y la fidelización de clientes, se suma un tercer foco, el de los productos. Y es que a diferencia de lo que muchos podrían pensar, la industria sigue en movimiento: la artillería va de la mano de lanzamientos en todos los segmentos. Kia, por ejemplo, atacará un nicho muy apetecido, el de los citycar, con el lanzamiento del nuevo Morning. Fiat hará lo propio en el segmento de los comerciales, con la introducción de nuevas versiones de la Fiorino y Ducato, además del arribo de la nueva Strada. La firma italiana, eso sí, irá un poco más lejos con sus apuestas: lanzará el 500X, la versión crossover del exitoso modelo italiano.

Los todoterrenos, o modelos con apariencia de SUV, serán los grandes protagonistas de este año. Honda acaba de poner a la venta el nuevo CR-V, el cual muestra una renovada imagen, mejoras en el equipamiento, como la introducción de una pantalla táctil, e incorpora una nueva transmisión automática CVT. Además, la marca japonesa sumará un nuevo modelo durante el segundo semestre. “Sabemos que los crossover y SUV son del gusto del chileno y necesitamos ampliar nuestra gama para poder aumentar nuestras ventas”, explica Luis Vecchionacce, subgerente de Marketing de Honda Motor.  

La también japonesa Suzuki lanzará la nueva versión del Grand Vitara -uno de sus modelos más icónicos, que llegará completamente renovado en su carrocería y motor-, además contempla una batería de novedades como el  Celerio y Alto K10, que le ayudarían a superar los actules siete puntos de market share.

Hyundai, por su parte, presentará en el segundo semestre el nuevo Tucson. La tercera generación del superventas viene con considerables mejoras en su diseño exterior, interior y mecánicas, incluyendo más tecnología. La marca coreana también apostará por el Sonata, en el segmento de los sedanes de tamaño D. Volkswagen también buscará revitalizar las ventas con el lanzamiento del nuevo Bora, con lo que la firma alemana vuelve al segmento de sedanes medios y con precios que van desde los $ 10.990.000.

Con la renovación del Ford Focus, en carrocerías sedán y hatchback, y la nueva Explorer en carpeta, Pablo Roca, gerente de Marketing de la firma estadounidense, explica que “la estrategia se basa, fundamentalmente, en concentrar todos los esfuerzos en mecanismos que ayuden a ampliar la oferta, tener productos renovados y precios competitivos”. Las marcas francesas Renault y Citroën también se aprontan a descubrir sus novedades, con la llegada de la cuarta generación del Mégane y el arribo de un reestilizado C4, respectivamente. Citroën anuncia la llegada del C4 Cactus, un hatchback elevado con un aspecto más de crossover. 

El segmento premium también dará que hablar, pues a la puesta en venta  del Land Rover Discovery Sport, el nuevo todoterreno integrante de la marca inglesa, se sumará el Audi A8, un sedán de grandes proporciones que llega con remozado diseño, y el Mercedes-Benz AMG GT, el nuevo deportivo de la firma de Stuttgart.

Así las cosas, las marcas se aprestan a un año movido, con decenas de lanzamientos proyectados, que pretenden cautivar al público y conquistarlo, de tal forma, que se olviden de la crisis. Esa al menos es la premisa.

 

 

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