Por Beatriz Aliste Noviembre 5, 2014

En Chile, como en el mundo, existe una creciente preocupación por el déficit global de trabajadores del sector salud, el cual, de acuerdo al Reporte Mundial de Salud, ascendería a 4,3 millones de doctores, enfermeras y matronas.

A modo de referencia, el promedio de enfermeras por habitante de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 8,8 por cada 1.000 habitantes; las cifras nacionales de 2013 hablan de 4,2 por cada mil habitantes. Otro dato a considerar es que el número de enfermeras por cada médico va desde casi 8 en África a 1,5 en el Pacífico Occidental. Si se comparan países, hay cerca de 4 por cada médico en Canadá y los Estados Unidos, frente a 0,5 registrado en Chile en 2009.

La evidencia es clara y el mercado laboral reacciona ante esta necesidad. Las carreras universitarias de mayor empleabilidad en el país se concentran en el área de tecnología y salud, destacándose Ingeniería Civil en Minas y Enfermería, seguidas por Ingeniería en Obras Civiles, Metalúrgica, Mecánica, Eléctrica, Obstetricia y Química y Farmacia.

A juicio de los expertos, la creciente demanda por estas especialidades responde a múltiples factores. Para Alejandra Candia, directora del Programa Social de LyD, se conjugan dos circunstancias: escasez de titulados y/o incremento de la demanda por una mayor actividad del sector productivo donde la carrera se ejerce.

Puede que uno de estos predomine o exista por sí solo, o bien que ambos estén ocurriendo simultáneamente. Lo que sí está claro es que ambos empujan las remuneraciones al alza, lo que a su vez incentiva a los egresados de educación escolar a preferirlas por sobre las otras.

El mayor porcentaje de enfermeras se concentra en los servicios estatales, sociales y personales (87%), el resto se distribuye en comercio (5%) y otras actividades (8%).

HABILIDADES VALORADAS
El enfermero o enfermera cuenta con habilidades muy valoradas en estos tiempos, como son la vocación de servicio, liderazgo, compromiso, conocimientos técnicos y atención al cliente, además de la capacidad de organización y gestión, identificando problemas e implementando planes de mejora, convirtiéndolo así en un profesional polivalente, explica la enfermera jefe de Clínica Alemana, Maritza Navea.

 “En las carreras de Enfermería y Obstetricia se necesita un alto espíritu de humanidad, compasión, empatía, servicio, interesarse desde lo más profundo por el dolor de otro ser humano, manifestando este interés a través de acciones concretas de ayuda y preocupación, contribuyendo de esta forma a la recuperación de la salud y a la integración a su entorno”, puntualiza Navea.

También requiere un alto grado de involucramiento con los pacientes, con su familia y con su enfermedad, de tal forma, que sea capaz de contribuir al restablecimiento de la salud o a sobrellevar una enfermedad de la mejor forma posible.

Sin duda, esta profesión avanza tan rápido como la ciencia, por lo que la actualización permanente es una herramienta que permite asegurar la entrega de cuidados de la más alta calidad y con la seguridad que cada paciente y familia necesitan.


MINERÍA AL BANQUILLO

La demanda de recursos humanos continúa siendo importante en la gran minería chilena, pese a que su crecimiento fue menor al proyectado en 2011 y 2012. De acuerdo al estudio 2013-2022 del Consejo Minero, el año pasado se pudo observar que hubo una baja en los movimientos de contratación intrasectoriales y en la atracción desde otras industrias hacia la minería.

Esto se explica, en primer lugar, por el escenario más restrictivo de negocios en la minería respecto a lo proyectado en periodos anteriores. Para el director de Berg Consultores, Huberto Berg, el mercado actúa de manera razonable con lo que pasa en la economía nacional. Las compañías han ajustado sus presupuestos e incrementado su eficiencia operativa. Pese a ello, la solicitud por parte de las empresas y proveedores mineros permanece, aunque no con el mismo dinamismo.

“Las ingenierías están asociadas al tema de aumentos en productividad, por eso se contratan más profesionales y mejor capacitados para mejorar el mercado actual”, dice Berg.

En opinión de la directora del Programa Social de LyD, hay que esperar “que la contracción económica en la que nos encontramos, en caso de tornarse más permanente, provoque un cambio en las tendencias de acuerdo a cómo evolucionen y reaccionen los sectores productivos”.

De esta manera, añade, si la desaceleración afecta de manera más permanente a la inversión, probablemente disminuirá la demanda por Ingeniería en Obras Civiles y de aquellas carreras relacionadas con el desarrollo de nuevos proyectos, a cambio de un crecimiento de la demanda por carreras que busquen optimizar el uso de recursos dentro de las empresas, tales como aquellas relacionadas con la gestión interna. 

Con respecto a la oferta de egresados de educación postsecundaria con cualificaciones relevantes para la minería, se constata un alza de manera sostenida, principalmente en las especialidades mineras, como geología, minería y metalurgia. La oferta de egresados en mantenimiento continúa ineficiente, al igual que en los operadores.

Para cubrir las brechas de fuerza laboral, el informe del Consejo Minero destaca que los esfuerzos deben orientarse a desarrollar, a todo nivel, especialistas en minería, aumentando la inserción de egresados de educación técnica. Lo mismo ocurre con la participación femenina en el rubro, que si bien ha alcanzado el 54% en el último ejercicio, en comparación a Australia y Canadá -referentes para el país en minería-, se hace necesario seguir incrementando el número de mujeres en la industria, en particular en las firmas proveedoras, donde sólo llega al 5,5% de la dotación total.

Por otra parte, la matrícula de primer año en los programas mineros ha crecido 140% en siete años, lo que refleja la mayor información que hay respecto de la demanda laboral que se produce en el sector y el mayor acceso a la educación superior. Es así como  las instituciones de educación superior ofertan 1.096 programas de las áreas de minería (geología, minas, metalurgia, mantenimiento), los cuales son impartidos por 47 universidades, que ofrecen tanto carreras profesionales con o sin licenciatura como carreras técnicas; 15 institutos profesionales y 25 centros de formación técnica.

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